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El ambiente era tenso, un silencio sepulcral había, casi como si estuvieras en un cementerio hasta que Reiko decidió hablar.

— ¡Oh! ¡Pilar del amor, que bueno verla!

— Igualmente....

— ¿A dónde se dirige?

— A a las aguas termales....

—Nosotras también, ¿no es así cariño? — la pelirosa volteó su rostro hacia Shinobu, sonriendo satisfecha y de paso, tomando su brazo para estar más junto a ella.

Ese era su plan desde el principio, hacerle entender a la "Pilarcita" que Kocho y yo somos pareja.

— Si quiere, puede acompañarnos

— Claro....

Pasó tan rápido todo, la pobre Shinobu apenas reaccionaba, estaba en medio de ambas, sus pieles rozando provocativamente con la de ella.

El lugar estaba en silencio, ningún ruido se emitía, pensó que podría relajarse, pero Reiko empezó a acercarse cada vez más hasta que rompió mi espacio personal.

Me susurraba cosas sucias a mi oído, sus dedos trazaban todo el contorno de mi cuerpo, rozando y acariciando partes sensibles como lo eran mi vientre, cintura y cadera.

No me gustaba, me hacía sentir mal, asquerosa, sucia, supongo que eso hacen las parejas, ¿no? Decidí dejarlo pasar, aunque mis ojos se aguaron y no por exitación, más bien malestar.

Ella se frotaba contra la azabache, ronroneando y mordiendo parte de su cuello juguetonamente, todo calculado para lograr su cometido.

Mitsuri salió del agua, no dijo nada, su mirada lo demostraba todo, la atención de Shinobu se centro en ella, el agua goteando por su cuerpo y aquella expresión fría la hacían lucir atractiva.

Reiko frunció el ceño, esto no era lo que esperaba, dejó caer su cabeza en el hombro de la contraria, abrazándola con posesividad, por esta vez la dejaría ganar.

La pilar no era tan tonta como para no notar que ellas disfrutaban de sus caricias, le dolía ver eso, escuchar los leves susurros lujuriosos y la transparencia del agua, haciéndole notar dónde tocaba Reiko.

Era como si le clavaran una estaca a su corazón, el cual sangraba por la azabache. Ella se esfumo, un camino de agua revelaba hasta cierto punto su paradero y después ya no estaba.

Después de un tiempo ambas se retiraron del lugar, fuimos a nuestra habitación, debía de admitir que me incomodaba qué la contraria viera mi cuerpo desnudo, por lo que rápidamente se cambió. 

— Voy a pasear por la villa, ¿quieres venir conmigo?

— Oh....Yo iba a ir a comer, tengo un poco de hambre....

— Claro, solo te intereso cuando quieres, ¡está bien! ¿Sabes que? ¡Mejor me voy sola!

Movió la puerta corrediza para estamparla, haciendo sonar un ruido ensordecedor.

Los comentarios de la pelirosa aveces herian su frágil corazón, le hacía sentir la peor persona del mundo. Quizás sí lo sea.

Respire profundamente, también me retiré de la habitación.

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«¿Si fuera un chico tu me amarías?» || [Shinomitsu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora