«¿Si fuera un chico tu me amarías?» || [Shinomitsu]

35

Muzan sintió miedo cuando vio que el sol salía, rápidamente los mandó lejos, explotando el brazo de Tanjiro, este seguía en pie, aun con todo el dolor, tanto físico como mental, no caería tan fácilmente. Shinobu también se sumaba, ella daría todo su esfuerzo hasta el final.

La azabache cortó aquella parte afectada, el contrario terminó comiendosela. Logró que se lo tragara, ya que tenía una pequeña sorpresa.

El Pilar de agua no se quedó atrás, los tres sostenían la katana con firmeza, de repente, el demonio fue convirtiéndose en un bebe gigante, absorbiendolos poco a poco, Tanjiro optó por una opción, él los empujó.

Ellos habían hecho mucho por él....¿Por qué no les devuelve el favor?

A Muzan le empezó a salir manchas moradas, al comerse el brazo de la Pilar se enveneno el mismo, más los rayos del sol, era una trampa mortal. El sacrifico de todos no sería en vano.

Tanto cazadores como Kakushis, ayudaban a pararlo, heridos o no, darían un gran esfuerzo hasta el último momento de sus vidas. Poco a poco Muzan se fue desintegrando.

Este se convirtió en un montón de polvo, los presentes al no ver signos vitales, gritaron y lloraron como nunca. Habían podido matar al rey de todas las desgracias que ocurrían en este mundo.

—Déjenme....No usen su medicina en mí....Es demasiado tarde....
—susurró Gyomei moribundo, cuando vio la imágen de aquellos niños que intentó proteger.

"¡Gyomei-san! ¡Siempre quisimos disculparnos por lo que pasó ese día!"

"Terminaste lastimado por nuestra culpa ¡Pero no estábamos tratando de desobedecerte ni huir!"

"¡Nosotros queríamos protegerte por lo que no veías!"

"¡Yo intentaba conseguir armas!"

"¡Y yo trataba de buscar ayuda!"

"¡Perdónanos! ¡Por favor!"

"Yo también tuve la culpa, no puede salvarlos...."

"No te disculpes, todos te queremos Gyomei-san, por eso lo hemos estado esperando todo este tiempo...."

"Entiendo....Muchas gracias....Vayamonos todos juntos...."

El azabache mostró una sonrisa tranquila, le hubiera gustado aguantar un poco más y poder despedirse de una de las niñas que crió con tanto amor, Shinobu, la única que seguía con vida. Está orgulloso de su trabajo como cazadora.

Las fuerzas se le iban y finalmente dio su último suspiro, muriendo en paz.

¿En dónde estoy?....Espera mis hermanos, están ahí....¿Y mamá?

—Madre....¿Por qué no estás con ellos? — preguntó Sanemi buscándola, hasta que la tomó de la mano.