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De poco a poco abrí mis ojos, observe todo mi alrededor, encontrándome con el rostro de la pilar del amor, ella dormía tan plácidamente, que era capaz también de hacerlo, empecé a pasar el contorno de sus labios, de su mandíbula, hasta llegar a su frente, la cual hervia.

—¡Mitsuri! — salió de mi boca aquel llamado, lo que provocó que los demás se levantarán por el ruido.

—¿Por qué tanto escándalo, Kocho? — Uzui gruño molesto, sobandose la cabeza con dolor, era evidente el malestar de su resaca.

—¡Está con fiebre! ¡Traigan un poco de agua y un paño! ¡Rápido!

Todos se al armaron por mi tono de voz, parecía llena de preocupación, como si aquella fiebre, fuera algo muy grave, por lo cual se levantaron al instante, llendo a buscar lo pedido por ella.

Menos Rengoku que debía de descansar por sus heridas, aunque al principio no quería quedarse en cama, no tuvo más remedio que permanecer sentado, cruzado de brazos y con el ceño fruncido.

Shinobu le quitó la sábana qué cubría a Mitsuri, notando la humedad en su ropa y para rematar también estaba así ella, no lograba recordar que había pasado la noche anterior como para terminar así, solo tomamos algunas copas y después todo es borroso.

—¡Shinobu-Sama! ¡¿Se encuentra la señorita Mitsuri bien?!
— preguntó Aoi alarmada, está se había enterado del estado de la mujer por parte de los pilares, quiénes la buscaron para que la ayudase.

La joven deposito los paños y agua en un tazón en el suelo, sentándose al costado de Shinobu, los demás imitaron la misma acción, poniéndose al rededor de Mitsuri. Parecía como si estuvieran haciendo un ritual.

—Aoi, ¿recuerdas que ocurrió ayer? Tal vez eso nos de una pista de porque Mitsuri está con la ropa mojada....

La azabache iba a hablar, pero fue interrumpida por Inosuke.

— ¡Shinobu y Mitsuri estaban bailando borrachas en un puente y después se calleron!

Ahora ya me acordaba, mi rostro enrojecio por la vergüenza que sentía por mi accionar, pero no era el momento adecuado para pensar en eso.

— Entiendo, ahora retirense, solo se queda Kanao, Aoi y la pequeñas, los demás afuera que la sofocan....

Todos acataron la orden, Iguro acomodó un mechón del cabello de la mujer, para después mirar a la contraria con rabia, aunque la azabache pudo escucharlo decir que era su culpa.

Eso era cierto, yo fui la que le pidió bailar, si no le hubiera dicho nada, no estaríamos en esta situación.

Quizás Iguro tenga razón, yo dañare a Mitsuri....

—¿Cómo está? — pregunto secamente Obanai, al verme salir de la habitación, la observé con melancolía

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—¿Cómo está? — pregunto secamente Obanai, al verme salir de la habitación, la observé con melancolía.

—Estable, pudo ser peor.... — había mucha tensión, las miradas de todos en mi ser, eran como cuchillos afilados, lobos hambrientos a mi alrededor o eso es lo que mi mente me hace creer.

«¿Si fuera un chico tu me amarías?» || [Shinomitsu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora