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- ¡¿Chicas, escucharon eso?!

- ¿Que Zeni...Zen-Zenko?

- Hay alguien llorando, ¡se escucha asustada! - dijo el rubio nervioso para salir corriendo, buscando de donde provenía el sonido. A lo cual nosotras lo seguimos.

Abrieron la puerta de la habitación, encontrandonos con una pequeña llena de lágrimas en su rostro, yo junto con Mitsuri fuimos hacia ella, queríamos averiguar la razón de su comportamiento, mientras que Zenitsu se quedaba a vigilar.

Entonces sentimos una presencia, una muy pesada y tensa, observamos con miedo a la intrusa, una mujer que tenía una mirada de muerte, no era una persona normal, había algo en ella. Era un demonio.

-¿Que ocurre aquí? ¡Y tú! ¡¿Por qué mi cuarto no está ordenado?! - para hacer a un lado a Zenitsu e ir dónde la niña.

Jalandola de la oreja con fuerza, esto hizo que la menor se levantara inmediatamente, aquella mujer apretó su agarre, sacándole sangre en esa zona.

- ¡Te estoy hablando! ¡Respondeme!

- ¡Perdóneme! ¡Pare! ¡Por favor! ¡Duele!

El rubio no pudo soportar los gritos y lamentos de la niña, ¿tan basura era esa mujer para tratarla de esa manera? No, esto no se debe de quedar así, agarro fuertemente el brazo de ella.

- Suéltala, por favor....

Esto no resultó muy bien, ya que la femenina lo miró enojada y le dio un golpe que lo mandó lejos, era sorprendente, una fuerza tan inmensa como la de ella no era normal, sin duda alguna, era un demonio.

Todas las personas fueron a haber lo que ocurría por el estrepitoso ruido.

-¡Zenko! - Mitsuri soltó un grito, rápidamente fue hacia él, tomándolo entre sus brazos, la azabache se arrodilló, le tomó el pulso, soltó un suspiro de alivio. La asustó demasiado.

- Tranquila, sigue vivo, por suerte....Pudo romperle el cráneo....

-¡Warabihime, perdonelas! ¡Recién llegaron! - suplicó el propietario, juntado sus manos muy asustado. La mirada que tenía antes, cambió a una dulce.

- Claro, pero que no se vuelvan a acercar....

Fue su última palabra, se retiró de la habitación a pasos lentos y movimientos elegantes, ella escuchaba los murmullos, estaba segura que pude ver una mueca de asco en su rostro.

Había pasado los minutos de aquel incidente, dejamos a Zenitsu en una recámara, siendo atendido por las pequeñas de hace rato.

Ambas pilares paseaban por el lugar, para ver si encontrábamos al demonio, fracasamos, no dejó rastro, como si las paredes se las hubieran tragado. Cuando se preperaban para volver, la pelirosa había desaparecido, Shinobu se preocupó y no dudo en ir a buscarla.

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«¿Si fuera un chico tu me amarías?» || [Shinomitsu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora