/Ryoko/
—¡Idiota, te dejas el desayuno!
—¡No quiero esa puta mierda!
—Cada día eres más tonta... ¡Vuelve aquí, JODER!
Toda la calle se nos quedó mirando como si fuéramos animales de circo o algo por el estilo, aunque para nosotros era algo muy normal que nos ocurría casi todos los días.
Aquellos dos gritones éramos mi hermano y yo; él persiguiéndome a mí porque no me daba la gana de tragarme esa porquería de galletas que sabían a cartón, y yo echa un manojo de nervios porque llegaba tarde a mi primer día en la preparatoria Karasuno.
Mi hermano era un maldito gigante. Cuando se cabreaba conmigo el muy imbécil solo sabía usar su altura contra la mía. De hecho, en WhatsApp me tiene agregada como "enana rompebolas"; y claro, cuando me enteré lo guardé como "gigante porculero", no me iba a quedar de brazos cruzados. Es mi versión masculina de 1'86. En lo único que no nos parecemos es en la inteligencia, porque él es gilipollas.
A todo esto, se llama Takeshi.
Mientras pensaba en todo esto como la introducción para la nueva etapa de mi vida, me choqué con una cara conocida.
—P-perdón... ¿Ryoko?
En efecto; castaño verdoso, pecas notorias y aspecto tímido a pesar de su altura. Estamos hablando de mi amigo de la infancia, Tadashi Yamaguchi.
—¡Yams! —Chillé como una loca mientras me abalanzaba sobre él. El pobre por poco se iba a caer al suelo.
—Hacía mucho que no te veía en persona —siguió con su parsimonia de siempre—. ¿Qué haces en Miyagi? ¿Por qué no me lo dijiste antes por mensaje? ¿Te vas a quedar aquí mucho tiempo...?
—¡Más despacio! —Me apresuré a decir—. Me mudé a Miyagi hará cosa de un mes. De momento, me quedo aquí hasta que a mi madre le renueven el contrato de trabajo. No te quise decir nada para que fuera una sorpresa al verme en el colegio... que por cierto, ¡vamos tarde!
Ya iba a pegarme otro carrerón, pero Tadashi me agarró por la chaqueta a tiempo.
—Estamos en la puerta.
Miré hacia arriba y, efectivamente, pude ver la fachada del edificio. No era algo descomunal; pero bastante bueno para pertenecer a un barrio tan pequeño, a decir verdad. La zona era tranquila y, además, asistiría a la misma clase de Yams. ¿Qué más podía pedir?
—¡Idiota...! —Se oyó un gruñido.
Reconocí aquella impertinente voz. Mi hermano, quien aún hasta entonces había estado persiguiéndome, llegó hasta nosotros
—No lo entiendo... ¿Cómo demonios...? Ah, ¿...cómo demonios corres tan rápido con esas mini piernas? —Jadeaba.
Me encogí de hombros, pues ni yo misma lo sabía. Sin embargo, sonreí para mis adentros; como casi siempre, había ganado una carrera a mi hermano.
De repente, Takeshi se percató de la existencia del pecoso, y no pudo evitar adoptar su típica cara de "¿Y este ser masculino que te acompaña quién es?". El pobre de Yamaguchi estaba más blanco que el papel ante la expresión del otro.
—Imbécil, ¿acaso no te acuerdas de mi amigo Yams?
Takeshi tardó unos largos segundos en reconocer a Tadashi. Cuando lo hizo, transformó su cara en la otra típica de "Este está aprobado".
—Ah, es verdad... ¡Cuánto tiempo, Yamaguchi! Has crecido mucho, no te reconocía.
Pero qué tonto es mi hermano... Y era cierto, Tadashi había crecido mucho. ¿Qué comerían todos para ser tan altos?
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Estás loca ☆Tsukishima x tú☆
FanfictionSegún él estabas loca; así es como explicaba que no odiases su personalidad, que tantos problemas causaba a los demás. Pero ¿por qué ibas a estarlo? Pensabas que más bien eras tú el diablillo de la relación, mientras que Tsukishima era un ángel (aun...