/ Ryoko /
—¡RIIING! ¡RIIING! ¡RIIING...!
Pausé el episodio de la serie que estaba viendo. Le di la vuelta al móvil, y sonreí a la pantalla cuando vi quién me llamaba.
—¿Vas a ir a la fiesta? —Dijo Kei nada más descolgué.
—¿Qué fiesta?
—¿No has leído el grupo?
—No.
—Los gorilas estos, que van a volver a armar una fiesta como la que hicieron aquella vez en casa de Nishinoya.
—Pues me encantaría, pero no puedo —suspiré—. Tengo que ir a cuidar de mis primas pequeñas.
— ¿Voy a echarte una mano?
Sonreí.
—No te preocupes, cielo. Sé que no te agradan los niños especialmente. Ve a la fiesta mejor.
—¡Ha! —Se rió—. Paso de ir. ¿Qué pinto yo ahí si tú no vas?
—Venga ya, Kei —me sacó una carcajada—, que es tu equipo.
—Que no, que prefiero quedarme contigo.
—Está bien —suspiré con una sonrisa—. Pero no te podrás quedar a dormir, porque es en casa de mis tíos.
—No hay problema. Me voy a la hora que me eches.
—Vale, pues pásate por la ubicación que te mande a las nueve.
Estuvimos conversando un rato más, como nos pasaba siempre. El tiempo se nos iba de las manos y las horas parecían minutos.
Al final le tuve que colgar, ya que tenía que vestirme para ir a ver a mis primas.
No tuve que despedirme de nadie en mi casa, pues mi hermano estaba de viaje con sus amigos y mi madre había salido a cenar precisamente con mis tíos. Siempre habían vivido aquí en Miyagi, y por suerte para ellos nunca habían tenido que mudarse a ningún lado.
En breve, estaba llamando a la puerta de la casa de mis primas.
Tragué saliva al oír todo el estruendo que venía del interior de la casa.
Entonces, un brillante y enorme ojito celeste se dejó ver por la mirilla.
Al comprobar quién era la visitante, sonrió y se abrió la puerta.
—¡Prima Koko! —Dijeron las hermanas a la vez, corriendo a darme un abrazo.
Por poco me tiran al suelo.
—Hola, enanitas —reí.
Las hermanas Ochako y Nobara eran dos niñas guapísimas de seis años. Eran gemelas; ambas tenían un hermoso y sedoso cabello oscuro, ojos claros y tez blanca. En lo que nos parecíamos era en la forma de los rasgos y, cómo no, en las pecas.
Pero toda la belleza y monería no quitaba los demonios que estaban hechas.
—¡Ochako, Nobara! —Se oyó un grito ensordecedor desde el interior del pasillo.
Se asomó entonces mi tía, quien venía con prisa a ver qué tramaban el dúo de remolinos parlantes.
Respiró aliviada al comprobar quién era yo.
—Dios mío —me dio dos besos—, que bien que ya estés aquí. Tu tío y yo vamos tarde a la cena, y estas dos sabandijas no paran de abrir la puerta cada cinco minutos.
—No te preocupes, ya me encargo yo de ellas. Siento no haber llegado antes, tita.
—No, qué va. Has llegado a la hora. ¡CARIÑO! —Pegó un chillido.
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Estás loca ☆Tsukishima x tú☆
FanfictionSegún él estabas loca; así es como explicaba que no odiases su personalidad, que tantos problemas causaba a los demás. Pero ¿por qué ibas a estarlo? Pensabas que más bien eras tú el diablillo de la relación, mientras que Tsukishima era un ángel (aun...