Capítulo 14

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La madre de Lisa admiró su corte de pelo, le dio las gracias efusivamente a Jimin y se marcharon.  Jimin las observó desde la puerta.

- ¿Ganarás este caso?- le preguntó sin mirarlo.

Jungkook notó la tensión de su cuerpo y la emoción de su voz.

- No hay garantía, pero es probable que consiga negociar una buena indemnización para Lisa.

- Eso suena como el tipo de respuesta que tienes que darle a  tus clientes- dijo Jimin cruzándose de brazos y mirándolo a los ojos- quiero saber qué opinas de verdad.

El enojo de su mirada hizo eco en él. Estaba enfadado por el sufrimiento de Lisa.  Él también, sólo que no dejaba que sus sentimientos lo controlaran.

- ¿Qué quieres saber?¿si voy a machacar a está mala imitación de ser humano que casi mata a Lisa?, pues sí , voy a machacarlo.

- Bien-  dijo Jimin e hizo una pausa moviendo la cabeza como si estuviera reconsiderando algo-  después de la escenita de esta mañana en el porche e intentado convencerme de que eres un cerdo insensible, sin un ápice de ternura, romanticismo, o de cualquier otro rasgo positivo.

- ¿Y ahora?- preguntó él desconcertado por su declaración, pero aún así curioso.

- Sigo pensando que puedes ser insensible y que si tienes un ápice de ternura o romanticismo lo escondes muy bien.

-  Pero no soy un cerdo y tengo algunos rasgos positivos- concluyó Jungkook sintiéndose ligeramente dolido por las palabras de Jimin.

Jimin sonrío y él se preguntó porqué eso lo hacía sentirse como si el sol hubiera salido detrás de una nube.

- Eres un Súper Comando Guerrero- le dijo Jimin- atrapaste al malo incluso cuando parecía que ya se había escapado.

Jungkook  lo miró. Jimin hablaba con confianza y convicción y el brillo de admiración que notó en sus ojos, lo hizo sentirse como si fuera capaz de conquistar varios mundos.

Jungkook pensó que eso era más peligroso que cualquier droga o embrujo de hechicero.

***

Ya muy tarde, Jungkook revisó un momento sus notas en el dormitorio. Jimin se había duchado en el baño de invitados y un retazo del aroma de su aceite flotaba en el ambiente.  Lo oyó pasear por la habitación hasta que finalmente se fue a la cama.

Él había hecho su sesión de ejercicios, se había duchado y paseado por habitación, pero sin éxito. Aunque lo hubiera negado hasta en su lecho de muerte, estaba demasiado inquieto para poder dormir. Cada vez que veía a Lisa sentía ganas de darle un puñetazo a alguien. Siempre.que le ocurría eso se recordaba sí mismo que iba a dar un puñetazo en un sitio crucial, en la cuenta bancaria.

Sin embargo no debería haber ido en contra de sus normas y llevarse el trabajo a casa.  Eso hacía que los problemas y la desesperación invadieran su dominio privado. Su casa era su isla de seguridad, su paraíso personal.

Como si el caso de Lisa no fuera suficiente para intranquilizarlo,  saber que Jimin estaba desnudo, suave y resplandeciente de aceite a  pocos pasos,  lo sacaba de sus casillas. Su opinión sobre su insensibilidad y carencia de ternura y romanticismo lo había irritado, le parecía un reto.

Jungkook no era insensible y podía ser tan tierno y romántico como cualquiera.  Bueno, al menos romántico, se corrigió mentalmente. Simplemente no era impulsivo ni estúpido. Sí fuera impulsivo o estúpido,  estaría aporreando la puerta de Jimin pidiéndole que lo amara hasta hacerle papilla el cerebro y el cuerpo.

En cambio actuaba como un ser racional. Aunque su cuerpo y su mente lo atormentaban con la seductora posibilidad de que Jimin pudiera ser suyo.

- Tenemos un compromiso social el viernes por la noche - dijo Jungkook,  apartando los zapatos de Jimin de la puerta.

- ¿Tan pronto?- se quejó Jimin con un ligero gesto de desagrado y  sacó pan y pollo asado del horno.

- Sí, no hace falta que sigas cocinando para mí- le dijo Jungkook.

- Para mí es natural- replicó Jimin- estoy viviendo en tu casa, así que tengo que hacer algo acá.

A Jungkook se le ocurrieron otras muchas cosas que podría hacer a cambio, pero se abstuvo de mencionarlo.

- De acuerdo- dijo Jimin mirándolo- ¿qué se celebra?¿ cómo de elegante hay que ir?¿ cómo de enamorado tengo que parecer?

- Cena con mi jefe y su mujer,  con un traje sencillo está bien- Jungkook apretó los dientes-  explícame eso de "enamorado".

Jimin fue a sentarse y Jungkook le acercó la silla a la mesa disfrutando de la mirada de sorpresa que apareció en sus ojos.

- En una escala de uno a diez- explicó Jimin- ¿cuánto tengo que actuar como si opinara que eres el hombre más inteligente, más sexy y más maravilloso del mundo?

Jungkook hizo una pausa. La idea de ver a Jimin como si estuviera loco por él era demasiado tentadora.

- Mi jefe y su mujer llevan años esperando que les presente a alguien, me han dado miles de charlas sobre las maravillas del noviazgo y el matrimonio,  quieren creer que tú y yo vamos en serio.

- ¿Diez entonces?- preguntó Jimin con cara alicaída.

Jungkook asintió y consiguió con dificultad tragarse una sonrisa.

Jimin se puso un traje color negro sencillo, pero aún así transmitía una sensación de sensualidad casual. El único dato delator era el pequeño escote que mostraba un poco de piel. Llevaba el pelo suavemente peinado hacia atrás y sonreía inseguro.

Parecía sexy y vulnerable y Jungkook sintió una extraña sensación de protección al presentárselo a su jefe. Se calló el pensamiento, porque estaba seguro de que Jimin era un chico liberal que le pegaría una patada en la espinilla si lo sabía.

Bob y Karen- presentó Jungkook con la mano en su cintura-  este es mi prometido Park Jimin.

Notó la rigidez de Jimin al escuchar la palabra "prometido", pero después sonrío y ofreció su mano amablemente.

- Jungkook me ha hablado mucho de ustedes, me encanta tener la oportunidad de conocerte, estamos encantados- dijo Bob dándole una palmadita en la mano-  Jungkook lo ha llevado tan en secreto, que lo único que sabemos de tí, es por los periódicos.

- Bob no lo atosigues-  lo regañó su esposa con suavidad- ya conoceremos a Jimin durante la cena.

El jefe de la sala del restaurante se acercó para conducirlos a la mesa.

- He oído que estudias en la universidad-  le dijo Karen a Jimin.

Y comenzó el interrogatorio.

- Es muy raro empezar una carrera tan tarde, ¿no?- preguntó Karen.

- Sí lo es- intervino  Jungkook agarrando la mano de Jimin- es una de las cosas que más admiro de Jimin.

- ¿Sí?¿en serio?- Jimin de repente recordó su papel,  parpadeó y sonriendo se llevó la mano de Jungkook a los labios-  el apoyo de Jungkook a mis estudios es una de las razones por las que me enamoré de él.

Jungkook no quería admitirlo,  pero Jimin era único y especial.

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Mi caballero de brillante armadura Donde viven las historias. Descúbrelo ahora