Capítulo 29

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Jungkook le había dicho que parecía una sirena. Jimin sabía la pinta horrible que tenía después de esa salvaje noche compartida. Sonrío amablemente.

- No llevas puesta las lentillas, ¿verdad?

Jungkook emitió un sonido sexual, mezcla de risa y rugido. Apoyó la mano en su cabeza y lo sumergió un poco bajo el agua.

Jimin sacó la cabeza farfullando indignado. Se apartó el pelo empapado de la cara y lo miró con furia.

- Realmente sabes como estropear un buen momento.

- Déjame intentar arreglarlo- dijo él llevando los vasos de zumo a la bañera y sentándose junto a él. 

Jimin aceptó el vaso, le dio varios sorbos e inhalo profundamente cuando Jungkook le rodeó la cintura.

- Está muy bueno- concedió- muy bueno.

Él acercó una pasta a sus labios y  Jimin dudó.

- Venga- lo urgió Jungkook- no quiero que te desmayes,  tengo planes para tí .

Jimin sintió un escalofrío de expectación. Incapaz de apartar la mirada lo observó mientras mordisqueaba la pasta. Él le acercó el vaso a los labios. Con cada bocado, con cada sorbo, con cada latido, notaba que se sumergía más en él.

- No seas demasiado agradable conmigo, Jungkook- le advirtió- podría acostumbrarme.

- No estaría tan mal, ¿no?- acercó la boca y le mordisqueó los labios- me gusta tenerte por aquí. Haces que la casa sonría.

- Preferiría hacerte sonreír a tí- Jimin tragó saliva, se le había escapado la verdad  con tanta facilidad como el agua que salía del grifo .

- Ya lo haces- dijo Jungkook levantándole la barbilla para que lo mirara a los ojos-  me hacías sonreír cuando eras un niño con las rodillas despellejadas y el flequillo lleno de trasquilones.

- Sigo siendo una nulidad chasqueando los dedos-  replicó Jimin, intentando liberarse de la opresión que sentía en el pecho.

- Deberías quedarte más de treinta días- dijo él - dame un poco de tiempo y te enseñaré.

- ¿Cómo lo harías?- preguntó Jimin.

- Sistema de recompensas. Tú chasqueas los dedos- dijo con voz grave, deslizó un dedo por su pecho-  y yo iré corriendo.

"Deja de hacer que te quiera", pensó Jimin,  notando que todas sus defensas y excusas se le escapaban sin que pudiera evitarlo.

- Más te valdría tener cuidado con lo que ofreces, chasquear los dedos y tener un Comando Guerrero a mi servicio, es sumamente tentador.

Jungkook le quitó el vaso, lo depositó en la bandeja y volvió a su lado. Tomó una de sus manos y comenzó a chupar sus dedos.

- ¿Qué haces?- preguntó Jimin tras emitir un leve gemido.

- Tentar a un sireno- contestó él- ¿funciona?

- Demasiado bien- contestó Jimin, él no tenía ni idea de cómo de bien.

- Practica- le ordenó Jungkook.

- ¿Practica?- Jimin parpadeó confuso.

- Chasquea los dedos. Iré corriendo.

Jimin lo intentó sin ningún entusiasmo. Jungkook lo besó y él se dejó llevar. Se dejó llevar por el amor. Por mucho que luchará, amaba a Jungkook. Lo amaba por sus virtudes y por sus efectos. La fuerza y profundidad del amor que sentía lo asustaban. 

Mi caballero de brillante armadura Donde viven las historias. Descúbrelo ahora