Jimin deseaba ser el hombre que encendiera su pasión, que le hiciera perder parte de su preciado control. Quería ser el hombre en el que él confiara, el hombre que buscara para celebrar sus éxitos o llorar sus derrotas, Temía que lo poseyera y al mismo tiempo lo deseaba.
- Quiero hacerte el amor, ahora- dijo Jungkook- no habido un segundo en toda la noche en que no deseará sacarte de casa de Anna para estar a solas contigo.
Respiraba agitado al rozarse contra él. Notó la excitación. Su deseo era como gasolina y él ya estaba en llamas.
Sin hablar lo besó con la boca abierta y comenzó a tirar de su camisa y de sus pantalones. Jungkook le desabrochó la chaqueta y la camisa bajándoselas junto con el pantalón y lo apretó contra sí.
- Arriba- murmuró arrastrando la boca hacia su pecho, luego soltó una maldición- ¿cómo es posible que sea demasiado rápido y al mismo tiempo no lo suficientemente rápido?
Si las cuerdas vocales de Jimin hubieran funcionado, le habría dicho "igual que tú eres demasiado para mí y aún así quiero más".
Subieron las escaleras juntos, besándose y acariciándose, escalón tras escalón. Jungkook sabía exactamente dónde tocarlo, exactamente cómo besarlo. Jimin ardía. Una vez en el oscuro dormitorio, lo besó de forma tan posesiva y sexual, que lo hizo gemir.
- Tengo que tranquilizarme- masculló Jungkook.
-No- protestó Jimin.
- Sí- insistió él, respirando con dificultad.
Jungkook lo arrastró con él hacia el equipo de música, presionó el interruptor y una suave música de jazz inundó la habitación.
Lo atrajó junto a sí y lo besó. Comenzó a moverse.
- ¿Qué haces?- gimió Jimin. Todo su cuerpo pedía más a gritos.
- Estamos bailando- dijo él.
- Pero estamos desnudos.
- Ya lo sé - acercó el torso a su pecho, estimulando sus tetillas y pezones.
Seductor frotó su sexo contra el de él, haciendo que su miembro se sintiera húmedo e hinchado. Jimmy inhaló su aroma, deseaba ahogarse en las sensaciones que Jungkook le provocaba. Todo en él lo atraía, jugueteaba con sus sentidos, estaba deliciosamente cerca pero no lo suficiente.
Con el corazón a mil por hora, levantó la boca hacia él .
A Jungkook el contacto de su lengua unido a su movimiento íntimo y rítmico, le pareció tan erótico que se quedó sin aire.
- Eres maravilloso- le dijo, deslizando las manos hasta su trasero.
- Oh, Jungkook- murmuró - te quiero... se interrumpió cuando volvió a besarlo.
- ¿Cómo mo me quieres, Jimin?- preguntó Jungkook con voz sedosa y sensual.
En otro momento su deseo lo habría hecho sonrojarse, pero su cuerpecito ardía de pasión.
- Te quiero- Jimin tragó saliva-... dentro de mí.
Los ojos de Jungkook brillaron como ascuas. Cuando lo apoyó contra la pared, lo levantó y Jimin instintivamente le rodeo la cintura con las piernas. Centímetro a centímetro se deslizó dentro.
Jimin gimió contrayéndose alrededor de su pene, su posesión era tan intensa, qué el dolor pasó a segundo plano.
Le costaba mantener los ojos abiertos y no quería perderse un segundo de verlo o sentirlo. Jungkook respiró profundamente y comenzó a moverse.
- Eres maravilloso, perfecto. No me canso de tí.
Con un ritmo devastador lo lleno por completo y Jimin deseó que sus palabras fueran ciertas durante mucho más que una sola noche.
***
Jungkook no lo dejó salir de la cama hasta el mediodía siguiente. Por enésima vez su mano envolvió su cintura, cuando intentaba escaparse de la cama.
Lánguido, tras una intensa noche de amor, Jimin, se dejó caer en la cama riendo.
- ¡Comida! ¡agua!- gritó - ¡baño!...
- Aún no estoy listo para liberarte- sonrío Jungkook malicioso, atrayéndolo hacia sí.
- Entonces me moriré de sed por tu culpa y no volverán a nombrarte soltero del año- se quejó Jimin.
- Así no conseguirás nada- dijo Jungkook, moviendo la cabeza y jugueteando con un mechón de su pelo. Jimin hizo un mohín muy sensual y bajo los párpados coqueto.
- Quizás así lo consiga- dijo dándole un pellizco.
Jungkook dio un brinco y puso mala cara. Aprovechándose del momento, Jimin saltó de la cama y corrió hacia el baño. La puerta se cerró de golpe justo cuando llegaba y vio la enorme mano de Jungkook en la puerta. Sintió como rodeaba su cintura con la otra. Jimin suspiró y sollozó teatralmente.
- Necesito vestirme, necesito...
- No, de eso nada.
- ¡Quiero comida!- protestó Jimin apoyándose contra la puerta.
- Menudo hombre más exigente- Jungkook lo miró de arriba abajo y asintió- de acuerdo, llena el jacuzzi. Te traeré comida y bebida- lo besó en la frente- me gusta verte en mi cama.
- Ya, o sea que si me pudieras meter en la lavadora ¿sería casi tan bueno como un cobertor?
Jungkook sonrió.
- Casi- le respondió Jungkook comenzando a bajar- el yacusi se parece bastante a una lavadora.
Jimin dejó escapar un quejido y volvió al dormitorio. El hombre lo sacaba de quicio. Un segundo lo tenía hechizado y al siguiente tenía ganas de darle un buen azote en el trasero.
Bebió un vaso de agua con ansias. Se miró en el espejo y se tragó un aullido. ¡Santo cielo! murmuró pasándose los dedos por el pelo alborotado. Tenía los ojos inyectados en sangre, los labios hinchados por sus besos, la piel irritada por su barba. Cerró los ojos deseando que su imagen desapareciera. Volvió a abrirlos y nada había desaparecido.
- Parezco un fulano- dijo, y en voz baja añadió- o un hombre con resaca de amor.
La palabra "amor" resonó en su interior como el timbre de un despertador.
- No amo a Jungkook- dijo y se apartó del espejo que reflejaba lo contrario.
Se lavó la cara y abrió los grifos de la bañera a toda potencia para ahogar la cantaleta infantil que resonaba en su cabeza..." embustero, embustero, el diablo se lo lleva..."
Había un millón de razones para no amarlo. Jimin decidió recordárselas mientras la bañera se llenaba. "Uno: él no lo quería. Dos: su personalidad era tan fuerte que lo sepultaría. Tres: no lo quería. Cuatro: no era la persona adecuada para él. Cinco: no lo quería..."
Siguió con la lista y se metió en la bañera. Iba por el número veinte, cuando Jungkook apareció con una bandeja de pastas, fruta y zumo de naranja.
- Un sireno en mi bañera- dijo Jungkook dejando la bandeja- algunos tipos nacemos con estrella.
El corazón de Jimin se derritió, junto con las veinte razones por las que no debía amarlo.
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Mi caballero de brillante armadura
FanfictionCuando Jeon Jungkook lo defendió de su hermano, Jimin supo que estaba destinado a ser su auténtico héroe, el hombre que siempre amaría. Pero pasaron los años y quedó sólo como un recuerdo de infancia. Por coincidencias de la vida volvieron a enc...