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Alfie alzó la mirada estirando la boca hacia el lado izquierdo mientras sus manos continuaban con los papeles sobre el escritorio.

– Está vez si que no voy a creértelo – Dijo tamborileando el lápiz contra el libro – el jueves pasado, sí puede haber sido un malentendido de mi parte ¿pero dos jueves y seguidos? Imposible.

– Alfie.

– Sé lo qué haces, ya lo han intentado antes, no soy estupido. Nela y yo nos lo decimos todo, no hay un solo secreto entre nosotros – Explicó reclinándose en el bergere – me dijo que le pediste que interfiriera con Früst, si quieres algo, pídelo. Y se sinceró conmigo.

– ¿Quieres sinceridad? – Solomons asintió sin quitarle la mirada de encima – Tú hermana...

– No te atrevas Thomas – Advirtió señalándolo con el dedo índice – No te atrevas a decir lo que estoy pensando.

– Tu hermana es una mujer muy...

– Cállate en este instante Thomas Shelby – Advirtió levantándose de un salto para golpear con la palma de su mano el escritorio señalándolo nuevamente – No te atrevas...

– Pensé que las influencias de tu hermana podrían ayudarme, se mueve naturalmente en la sociedad, sabe mucho de muchos – Dijo entrelazando los dedos detrás de la espalda, su postura le dio confianza.

– ¿Solo eso? – Thomas no dio respuesta – No me jodas, Shelby.

– ¿Qué no quieres que te diga?

– No quiero que me digas lo que sé que dirás – Se restregó el rostro apoyando ambas manos en el escritorio.

La puerta de entrada se abrió y Alfred pudo escuchar a Ollie discutiendo mientras entraba retrocediendo a la oficina.

– No puede...

– ¿Ollie qué pasa?

– Hazte a un lado Ollie – Alfie se restregó el rostro al escuchar la voz de su hermana entrando al destartalado lugar – ¡Alfred!

– Maldita mierda – Antonella se quedó de pie a unos cuantos pasos de la puerta, el enorme abrigo de piel negro la hacía ver opulenta – Hola cariño.

– Alfred ¿Lo olvidaste de nuevo? – estiró su mano a Thomas para ofrecer una sonrisa – señor Shelby.

– Un verdadero placer.

– Thomas – Advirtió Alfie regresando a su escritorio para revisar sus papeles – querida, Thomas y yo tenemos asuntos en el derby, lo siento, con el dolor de mi alma ¿podemos postergar nuestro día? – estaba seguro de cuáles eran las intenciones de Shelby apareciéndose de la nada justo ese día.

Estaba convencido de que ningún hombre era suficiente para su hermana, aún cuando a ella le encantaba jugar con ellos, Thomas no se acercaría a ella de ninguna forma, no sabía realmente qué pretendía con ella ¿aprovecharse de su situación social? ¿Ilusionarla? ¿Usarla? Era más probable que Antonella hiciera uso de él que viceversa, como fuera. Era un rotundo no.

Le rompió un poco el corazón ver el rostro decepcionado de su hermana, los ojos verdes pulularon en su rostro tratando de buscar donde encontraba el índice de que fuera una broma.

– ¿En serio?

– Lo lamento mucho mi cielo – Se disculpó colocando sus manos en los hombros de la mujer que lo observaba decepcionada – es probable que usemos todo el día en esto ¿podrías disculparme?

– Nada que disculpar, Alfie – Sonrió tomándole las manos – desde que tengo trece no has fallado un solo día a nuestra cita, aunque, sinceramente, espero que sea la última vez – Las manos suaves tomaron su barba para luego depositar un beso en la parte alta de los pómulos.

Every Thursday.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora