Temía por todo lo que sucedería cuando él falleciera, por cómo sufriría su sobrino cuando él ya no estuviera, por cómo su desceso afectaría candem town y el enorme imperio que había forjado luego de la misteriosa muerte de su padre.
No podía negar que a veces pensaba en ello, en su cabeza muchas veces se repetía aquella noche en la que decidió que debía deshacerse de él, toda la secuencia la repetía en su cabeza, cuando comenzaba a sentir culpa, solo tenía que recordar que lo había encontrado manoseando a Antonella cuando ella sólo tenía trece años, para que olvidara aquel sentimiento y lo reemplazara por ira.
Se había ensañado con él, si, claro que lo había hecho, lo había apuñalado tantas veces que las había dejado de tratar de contar en su cabeza, le dolía mucho más la farsa que había tenido que interpretar en su funeral, rasgando su camisa para mostrar el dolor que el homicidio de su padre había dejado en su familia. Antonella no se lo había pedido, ni había tenido que pedírselo, habría matado a su propio padre otro millón de veces, los habría matado a todos, solo por mantener a Antonella lejos del dolor, y ahora, cuando había logrado todo ello, era él quién le causaría el dolor más grande en su vida, y aquello lo mortificaba aún más que la idea misma de morir.
Antonella tenía razón, ella era tres años menor, y cuando la vio por primera vez supo que debía protegerla de todo mal, era por eso que jamás había sentido la necesidad de buscar ese amor romántico que todos buscan para llenar el vacío de los corazones, había amado a su hermana con desesperación, y sabía que ella le correspondía de la misma forma, sonrió ante la idea de verla convertida en tía, y justo cuando estaba pensando en su adorada hermana, pensó en cómo habría sido su vida si hubiera decidido casarse para que su hermana no estuviera tan sola cuando él faltara.
¿Su sobrino sería suficiente para menguar el dolor de su partida?
Mientras preparaba su papeleo en aquel sucucho en el que había estado gran parte de su vida, contando barriles de ron, peleando por monedas, siendo visitado por mujeres y prostitutas, por gánster de sangre azul, y gitanos aparecidos, se preguntó si había sido realmente feliz en aquella vida.
Ahora escondido del mundo, sin formar una familia propia a sabiendas de que algo así sólo lo volvería un hombre vulnerable, se colocó el habano en los labios para saborear el humo por largos segundos.
Levantó la mirada, para ver a su hermana entrando al lugar, una estola de zorro rojo reposaba sobre su hombro derecho, el sombrero gris dejaba caer con suavidad un velo negro sobre los ojos felinamente delineados, la boca roja.
– Nela.
– ¿Hace cuánto lo sabes? – Ni siquiera le había dado un saludo, creía que aquello había quedado saldado, y ya se daba cuenta de que así no era.Se reclinó en su bergere, con el habano aún sostenido entre los labios entrelazó las manos sobre el regazo para observarla meciéndose de lado a lado mientras se quitaba la estola, el sombrero, el abrigo, y los tacones de gamuza roja.
– ¿Qué sentido tiene que me preguntes?
– Quiero saberlo – Demandó fijando su mirada sobre él, sabiendo que su respuesta no sería del agrado de su hermana, se acomodó en el sillón para observarla con atención.
– Desde hace un par de meses.
– Meses Alfred.
– Si, meses – Aseveró asintiendo con firmeza – Se lo dije a Thomas.
– ¿Qué?
– Se lo dije a Thomas cuando sucedió lo de Alfred, él necesitaba saberlo porque me desmayé encima de él – Explicó subiendo la mirada, cuando ella apoyó ambas manos sobre el escritorio – ahora que has matado a tu esposo, tienes un aliado en Shelby – Ella guardó silencio, haciendo que Alfred la contemplara por largos segundos – Me preocupa que estés sola.

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Every Thursday.
Fiksyen Peminat- El amor romántico es una treta evolutiva, señor Thomas, un engaño para asegurar la reproducción y proteger a la progenie. La más pequeña de los Solomons está aquí para demostrar de qué está hecha. 🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥 Fanfic de Peaky blinde...