No recordaba nada del funeral, y aquello le colocaba un vacío gélido en el centro del pecho, la última vez que había visto a su hermano había sido sobre el suelo de su habitación, y ahora, ya no estaba.
No estaba.
No lo vería nunca más.
Aún tenía el rostro un poco amoratado por la bofetada, tenía marcado el pomo del bastón en algunas partes de su cuerpo, aquello había sido su último encuentro, lo habían sedado por petición suya, y aunque se había acostado junto a él mientras dormía, esa había sido su última interacción.
Lo último que había escuchado de su hermano era pedir que le colocaran una bala en la cabeza, pero también que no quería que lo viera así.
No era capaz de pensar en nada, no sentía nada, le costaba hilar las conversaciones, una simple petición no salía de su boca sin antes tratar de hilarla mil veces y aún así, tenía que repetirla más de una vez para darse a entender.
Olvidaba ciertas acciones, y de pronto llevaban a ella los recuerdos enterrados del funeral de su hermano, no sabía dónde había estado su hijo mientras bajaba el féretro.
¿Acaso estaba en sus brazos?
Las pesadillas eran continuas, aunque no sabía si llamarlas pesadillas, ya que soñaba con su hermano en diferentes situaciones, se veía feliz, y aquello la consolaba, pensar que Alfred se mostraba ante ella en sueños, tal y como era cuando estaba sano, le daba aquella sensación cálida que se había vuelto gélida con su muerte.
Los últimos Solomons eran ella y su hijo.
Pestañeó un par de veces como si hubiera acabado de despertar, su mano hundía y sacaba una bolsa de té en el tazón, habían granos de azúcar esparcidos por la mesa, no sabía cómo había llegado allí, pero levantó la mirada hasta Ollie.
– Jefa...
– Ollie, ¿Qué pasa? – Preguntó quitándose el cabello del rostro para no parecer tan desorientada.
– Nela, el gitano está aquí de nuevo – Advirtió acercándose para alcanzar sus ojos.
– ¿Tengo que verlo, Ollie? ¿Por qué no le explicas la shivá? Ni siquiera recuerdo haber venido aquí – Se quejó sintiendo las manos de Ollie sobre sus brazos para sentarla con suavidad en la silla, le dolió el estómago verla de frente, tenía enormes ojeras en los ojos hinchados y brillantes, las mejillas rojas de llanto.
– Nela, el gitano está aquí – Logró que levantara la vista hasta él – Thomas Shelby ¿Qué puedo hacer para reconfortarte?
– ¿Prepararías té?
– Ya te preparaste uno, Nela.
Bajó la mirada encontrándose con que su mano diestra aún sumergía y sacaba la bolsa del agua caliente.
Thomas se levantó apenas las puertas del salón de estar se abrieron, Antonella Solomons apoyó una mano en cada manija de la puerta de dos alas, llevaba una ligera bata de seda blanca amarrada a su cintura, su respiración se detuvo al ver los ojos de la mujer completamente rojos e hinchados.
– Thomas.
– Antonella – Se quedó estático hasta que ella llegó a él estirando sus temblorosas manos para que él las tomara, parecía que le dolía moverse – siento haber venido sin previo aviso pero...
– No debe hablarle, Thomas – Interrumpió Ollie mientras Antonella tomaba asiento en el sillón junto a Shelby.
Salomé entró al lugar con una bandeja con dos tazas, la tetera de té y unos cuantos muffins de arándano.

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Every Thursday.
Fanfic- El amor romántico es una treta evolutiva, señor Thomas, un engaño para asegurar la reproducción y proteger a la progenie. La más pequeña de los Solomons está aquí para demostrar de qué está hecha. 🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥 Fanfic de Peaky blinde...