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― ¿Por qué tan callados?

Jungkook frunció las cejas y Taehyung trago con fuerzas. Jimin acomodo su cabello pasando su mano por los mechones rubios haciéndolos para atrás.

― ¿Dónde aprendiste todo eso?

Taehyung miro a su hermano sin creer lo que preguntaba.

― ¿Qué te pasa? ― dice Taehyung, antes de voltearse hacia Jimin y mirarlo a los ojos negros ― ¿Estas bien? ¿Estas herido?

Jimin suavizo su mirada y negó con la cabeza. Sin embargo, Jimin se fijó en las manos temblorosas de Taehyung, siendo un proceso normal se acercó y poso su mano sobre la de Taehyung dándole una suave caricia. El alfa se puso colorado.

― No te preocupes, Taehyung, estoy bien ― le responde Jimin, antes de alejar su mano y darle unas palmadas a su Spencer ―. Tengo a una compañera que me ayuda.

El tren se movió, dando marcha a su destino. Jungkook no se habia perdido del movimiento atrevido de Jimin, no obstante, en el norte eran más atrevidos en el norte con el acercamiento físico, algo de lo que se habia olvidado Jimin al posar su mano sobre la de Taehyung.

― Veo que era verdad lo que decían ― comento Jungkook, tratando de bajarse la emoción del momento ―. Que el norte te endureció.

― Tienes que aprender a proteger a las personas ― dice Jimin, encogiéndose de hombros ―. Sé que les sorprendió, me disculpo por la rudeza o crudeza. Los de la capital no están acostumbrados a la violencia.

― ¿Mataste a alguien? ― pregunto Taehyung, tragando duro.

Jimin se giró a verlo, antes de soltar un resoplido.

― No es algo de lo que me sienta orgulloso ― le explica Jimin, rascando su ceja izquierda ―. Alguien tiene que hacer el trabajo sucio.

― No tenías que hacerlo tú ― indica Taehyung, pareciendo molesto.

― ¿Quién? Nadie tiene el valor suficiente ― contesta Jimin, algo molesto ―. Son gajes del oficio y no crees que no he cargado con la culpa. Porque no sabes nada. Ni tú, Jungkook, pueden juzgarme todo lo que quieran, pero no se han enfrentado a nada de las cosas que hay en el norte. Lo que vieron hace un rato, solo es una probada, hay tantas cosas que no saben.

― ¿Tienes permiso para portar esa cosa? ― le pregunta Jungkook a Jimin, quien solo se carcajea.

― ¿Eso te preocupa? ― le pregunta Jimin, realmente desconcertado por la pregunta de Jungkook. Porque de todas las preguntas que pudo hacerle, le hizo exactamente esa.

― Se supone que todos deben tener permiso para usar eso y más para matar

― Tengo permiso. Soy un capitán que trabaja para el gobierno. Cinco veces condecorado en el norte ― le dice Jimin, antes de negar con la cabeza ―. No se preocupen, es mi trabajo. Regrese a la capital por asuntos con mis padres, no porque en verdad deseara volver ¿Comprenden? El trabajo en el norte no cesa y hay muchas personas que necesitan ayuda. Mi plan es quedarme en la capital. Mis padres tienen a mi hermano, será el gran señor Park. No me necesitan a mí. Saben que no accederé a un matrimonio por conveniencia y que el dinero no es algo en lo que me preocupe. Por eso tengo trabajo y gano muy bien.

― Jimin, perdón. No estamos acostumbrados a todo esto que acabamos de vivir ― le explica Taehyung.

― ¿Cuántas veces han viajado a la finca Jeon?

― Dos veces. Casi siempre son nuestras madres las que viajan. Aunque esta vez fue nuestra madre omega la que sugirió que fuéramos, pero que te lleváramos por seguridad ― le explica Jungkook, cruzando de brazos. Creía que su madre tenía un plan macabro para engatusar a sus hijos, para que se enamoraran de Jimin y casarlo con alguno de ellos. El problema es que Jungkook no estaba interesado en ningún omega y dudaba que su hermano Taehyung tuviera malos gustos.

― Su madre fue sensata. A partir de ahora, Jungkook, deberías hacerme caso. No lo hago para hacerte de menos, simplemente no comprender la situación ― le dice Jimin antes de suspirar ―. Espero que no tengamos ningún otro percance.

Durante unos minutos estuvieron callados, Jungkook se dedicó a mirar hacia la ventana, mientras que Taehyung parecía indeciso con lo que iba hacer.

― Jimin ― lo llamo Taehyung. Jimin giro su cabeza para ver al alfa que desprecia un aroma delicioso. Taehyung a diferencia de Jungkook desprecia un aroma a frescura combinada con madera mientras que Jungkook tenía un aroma más fuerte, le recordaba a los pinos.

― ¿Dime?

― ¿Recuerdas cuando jugábamos en la nieve?

Jimin sonríe, recordando ese bello recuerdo cuando eran niños. Aunque agradeció mentalmente que Taehyung decidiera pasar a un tema más tranquilo.  

OOO

Llegaron alrededor de medio día.

Jimin bajo sintiéndose en casa al percibir el aire frio y también al ver la poca vegetación alrededor como el seco aire que se sentía.

― Me siento deshidratado ― comento Jungkook.

Jimin saco su cantimplora de su bolso y se la extendió a Jungkook.

― Bebe un poco de agua, muchas veces esta uno sediento por el ambiente del norte ― comenta Jimin, mirando a los lados. Observando a las personas que bajaban y a las personas listas para abordar el tren de regreso.

Jungkook tomo la cantimplora y bebí un poco antes de devolvérsela a Jimin, agradeciéndole. Jimin guardo la cantimplora y se acomodó su arma en el hombro. Un hombre con sombrero de copa y un traje negro se acercó.

― ¿Alfas Jeon? ― les pregunto antes de hacer una inclinación ―. El mayordomo Kim Hemin. Los escoltare hasta la finca.

― Gracias al cielo ― comenta Jungkook, acercándose a estrechar la mano del mayordomo ―. Díganme que tienen un buen vino y me pongo de rodillas.

Jimin negó con la cabeza y Taehyung solto un gemidito de protesta por su hermano y su adicción al vino. Ya era muy severa y debía detenerse.  

― Lamento mucho eso, señor, pero las reservas se han agotado y los problemas en el norte y los robos, están haciendo que tengamos pocas provisiones. Lo menos indispensable es el vino ― le explica el mayordomo, algo apenado haciendo una inclinación ―. Por favor, síganme.

Taehyung le palmeo el hombro a su hermano. 

― Puedes sobrevivir cuatro días sin beber, Jungkook ― comento su hermano, antes de ir hacia la carrosa que los esperaba tirado de dos caballos negros.

El mayordomo les abrió la puertezuela. Taehyung se colocó junto al carruaje y le ofreció su mano a Jimin para que subiera primero. Hasta ese momento el mayordomo se dio cuenta del acompañante de los alfas, sin embargo, no dijo nada.

Jimin subió, sentándose de espaldas, mientras que los dos alfas subieron sentándose juntos quedando de frente con el omega.

El mayordomo se subió enfrente e hizo avanzar a los caballos.

Jimin continúo viendo el panorama, esa parte no era su territorio, si, estaban en el norte. Pero se dividía en tres partes. El norte, el centro y el sur. Por eso es que Jimin casi no viajaba a ese territorio, porque era considerado el sur y que menos problemas tenia. Estaba a cargo de Minho, uno de sus compañeros a los que tenía tiempo sin ver.     

Los ojos de Jimin se dirigieron hacia una montaña, una que pensaba inspeccionar tan pronto se fueran a dormir los hermanos que tenía enfrente.

ALFAS (VKOOKMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora