XVII

26 3 0
                                    

~ POV Arianna ~


Es extraño lo que estamos viviendo porque desde que nos hemos montado en el avión apenas hemos podido cruzar palabra para hablar de lo que le confesé el anterior día.

Es la primera vez que asumo en voz alta mi miedo y que lo verbalizo tal y como ella me ha pedido en las sesiones pero sé que algo ha tenido que pensar, ya que en sus ojos pude notar la nostalgia que le generaba mí relato. No quiero que sienta pena, miedo a estar cerca de mí por mi pasado, porque la necesito ahora más que nunca.

El viaje ha sido demasiado tortuoso. He montado en avión otras ocasiones pero no durante tantas horas. Llevamos más de trece horas y parece que estamos llegando a la ciudad de Helena pero casi me ahoga estar soportando la angustia de estar encerradas en un mimo lugar.

–¿Estás bien? –giro mi rostro al haber empezado a removerme en mi asiento y sonrío de la mejor manera que puedo para que no se preocupe pero la ansiedad está pudiendo conmigo.

–Sí... A ver si aterrizamos ya porque creo que voy a enloquecer metida aquí dentro –agarro los posa brazos del asiento para coger aire y tratar de relajarme mientras muevo las piernas para evitar que se me queden dormidas.

–Son muchas horas de vuelo y es lógico que te canses... Si quieres puedes darte un paseo aunque ya estamos llegando. Mira que hermoso se ve el mar –giro mi rostro hacia la ventana y sonrío tratando de respirar profundo para seguir respirando y esperando que acabe de una vez este vuelo.

Al final hemos salido tarde desde Manhattan y el hecho de que sean seis horas más en Europa más lo que llevamos volando, no sé aún como no he intentado tirarme por la ventana.

–Al final hemos llegado de día... –trato de parecer relajada para evitar que mi compañera se sienta mal ya que ha estado la mayor parte del viaje haciéndome compañía. No he podido dormir como creía porque hay demasiadas cosas en mi cabeza y todas están relacionadas con la misma persona.

¿Qué debo hacer? Si al menos pudiera hablar con alguien y contarle todo lo que siento podría desahogarme pero mi mejor amiga me mataría y mi psicóloga está demasiado implicada.

Escucho por el interfono que estamos llegando y me pongo en alerta notando como el avión está pisando tierra firme. Parece que pronto vamos a estacionarnos y a acabar con esta pesadilla.

–Hemos tenido complicaciones pero tu futuro está a punto de empezar –escucho la voz de Helena y sonrío con gratitud por su capacidad de aguantar mis nervios y la forma en la que me ha tratado durante todo el viaje.

Tardamos casi treinta minutos pero por fin nos dejan bajar del avión y noto como el sol incide en mis ojos sintiendo el frío invadir de golpe mi cuerpo. ¿Qué temperatura hace en este país si hay esta claridad?

Nos movemos rápidos para desembarcar y e ir directamente hacia nuestras maletas. No he traído mucha ropa pero sí todo lo necesario para poder pintar y mostrarles a los que han puesto su confianza en mí todo lo que soy capaz de hacer.

–Arianna, ven conmigo –noto la mano de mi doctora para tirar de mí y llevarme hacia la zona dónde empezaban a salir las maletas de todos los que habíamos cogido el vuelo. Tras esperar unos minutos vemos como aparecen dos de las maletas que he traído yo y por último la de mi acompañante. Coge ambas y me mira para indicarme por donde está la salida.

Seguimos el camino más o menos siguiendo las señales que están en inglés al menos por mi parte, porque me supongo que ella sí conocerá su propio idioma y en nada nos encontramos en la salida del aeropuerto. Hay una mujer a lo lejos que nos hace señas y me incita a ir hacia ella la cual no se queda quieta y acaba acercándose hacia nuestro encuentro.

Adentrándome en tu vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora