XXIX

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~ POV Arianna ~


Otra vez.

Otra vez ha ocurrido algo que no tenía que pasar. Prometo que no quería hacerle daño a Herry pero un impulso ha salido de mí y ha controlado mis actos. Sin ser consciente, me he visto sobre él devolviéndole con golpes el daño que me estaba haciendo con sus palabras.

–¿Está... muerto entonces...? –tan sólo puedo mirar a Helena y esperar en sus gestos una afirmación negativa para mitigar un poco mi culpa. ¿Cómo me he dejado llevar por la rabia y el odio de una manera tan violenta? Tenía miedo que se fuera a denunciarme y acabar de nuevo en comisaría.

–Vamos a comprobarlo ahora, Arianna.

Su voz suena más fría que de costumbre y no puedo reprocharle nada. Es la segunda vez que se ve envuelta en mis problemas y esta vez estamos en su trabajo y esto le puede traer problemas muy serios.

Giro mi rostro para ver como las manos de Helena se encargan de que Henry no sangre tanto pero es imposible tapar esa herida porque le he hecho una brecha bastante grande.

–Esta vez sí me van a meter en la cárcel, Helena. Lo he matado, míralo, está muerto... Soy una asesina... No merezco estar libre –de golpe mis manos empiezan a temblar y un nudo grueso se forma en mi pecho presionando de una forma tan intensa que noto como el aire me raspa las fosas nasales intentando entrar en mis pulmones. Cierro los ojos y siento como me precipito de golpe contra el suelo a causa de los nervios. Esta vez no voy a poder librarme y las palabras de Henry Collins van a ser ciertas, soy la peor persona del planeta.

–Arianna, cálmate. Vamos a comprobar cómo está y diremos que ha sido un accidente. He llamado a una amiga y va a venir a ayudarnos.

–¿Amiga...?

–Sí, una doctora que conocí en el hospital de mi padre y su nueva pareja me debe un gran favor. Así que siéntate, por favor. No puedo estar pendiente de los dos a la vez. Ha sido un accidente y lo vamos a solucionar.

Sus palabras resuenan en mi mente una y otra vez. Helena siempre sabe que hacer o al menos siento que es capaz de ver las cosas de una manera mucho más fría que yo. Ella no se hubiera puesto violenta de esa manera y quizás debí de haber dejado que ella se encargara de sacarlo de aquí.

–Está bien... –noto como una arcada nace de la boca de mi estómago y me levanto como puedo tratando de no mirar al cuerpo yacido de mi ex suegro. El círculo de sangre que lo rodea es mayor y tanto las manos como la ropa de Helena están manchadas por mi estupidez.

Camino hacia el sillón para sentarme y apretar mi rostro contra las manos. No sé ni en qué momento ha llamado a esa amiga ni puedo imaginar quién es pero ella siempre sabe sacar una solución a todo y eso es lo que me hace admirarla tanto. Desde que conozco a Helena me he sentido cobijada bajo su presencia. Consigue calmarme, decirme qué es lo mejor para mí y me ha cambiado la vida sin darme cuenta. Posiblemente ha sido la persona que más ha mirado por mí desde que me fui de casa y sin ella ahora mismo estaría sumida en la oscuridad.

–¿Arianna, estás bien?

Afirmo desde mi posición cerrando los ojos ante el fuerte dolor que se ha instaurado en mi sien sin pedir permiso. Nunca he sabido manejar demasiado bien la tensión y en estos momentos es mejor que me quede al margen esperando mi castigo por los errores que he ido cometiendo.

–Todo se va a solucionar, ¿sí? Parece que Henry ha dejado de sangrar tanto y creo que tiene pulso. Es muy leve pero puede que esté sólo inconsciente...

Adentrándome en tu vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora