XXX

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–Madre mía, esta chica es toda una caja de sorpresas.

–Riley, no quiero que le digas nada, ¿entendido? Sé que te gusta hacer bromas y es una faceta tuya que me encanta pero se trata de un tema muy delicado y es mejor que pasemos página –observo a mi mejor amiga rogando por su misericordia para que no sea tan bocazas de bromear con el tema que hemos vivido recientemente.

–Helena, tranquila. Riley no va a decir nada y yo tampoco. Podéis confiar en nosotras y queremos que Arianna se sienta bien cuando venga –la sonrisa de Violet siempre es un alivio y sé que la aprecian de verdad.

Miro de reojo a la pelirroja mientras asiente a la pequeña bronca que le está echando su novia mientras yo abro un paquete con rollitos de primavera. Me encanta que mi loca mejor amiga aparezca con comida rica por el despacho y nos reunamos para hablar de nuestras cosas.

–Yo sólo digo que es una rubia peligrosa pero sexy. Ya sabes, de las mujeres que son Femme fatale y te seducen para acabar con tu vida pero ella usa la inocencia –levanto mi ceja queriendo entender el símil pero ignoro a la pelirroja mientras ella me roba el trozo de comida que justo iba a pinchar–. Me gusta la rubia, no me malinterpretes. Creo que te hace feliz pero la tendré vigilada de cerca, no quiero quedarme sin mi futura madrina de bodas.

Noto como el trozo de rollito que acabo de tragar se me queda atascado en la garganta y empiezo a toser como acto reflejo por culpa de lo que acabo de escuchar.

–Perdona, ¿qué? –miro a la castaña sin entender nada y observo como ésta empieza a reír con algo de vergüenza–. ¿Os vais a casar? ¿Desde cuándo? ¿Cómo? ¿Por qué?

–Pues verás, psicóloga de pacotilla, mientras tú estabas ocultando muertos y cargándote ancianos, yo me estaba prometiendo con la mujer más maravillosa del mundo en mi precioso bar y con el anillo perfecto porque es la mujer de mi vida.

Me quedo en shock sin saber que responder ante esas palabras. Riley casándose. No es que sea una mala decisión, ni mucho menos pero el matrimonio es una unión que se produce cuando normalmente una pareja desea dar un paso más en una relación. Es algo sin más, un lazo establecido por el Estado y que determina que ahora sois una familia más consolidada pero no significa mucho más de lo que ya se tiene en una relación.

–¿Estás bien, Hele? Parece que te molesta lo que vamos a hacer...

–¿Qué? ¡No!, no me molesta ni mucho menos. Felicidades, de verdad –dejo todo sobre la mesa y me levanto del sillón para acercarme a Riley y darle un abrazo. Nunca la he visto con ganas de querer comprometerse con nadie, su única prioridad en la vida había sido siempre el trabajo pero parece que Violet le ha tirado todos sus esquemas y ha conseguido que le de la mayor importancia posible a sus sentimientos.

–Es que queremos que seas la madrina...

Giro el rostro para mirar a mi secretaria y sonrío para mí misma. Es una chica maravillosa y me alegra que haya conseguido hacer de mi mejor amiga, una persona plena y feliz. Me acerco a ella y rodeo su cuerpo con cariño para que note que de verdad me alegra.

–Tenemos pensado que sea dentro de dos años, es pronto y queremos que el pequeño ya sea un poco mayor para cuando la empecemos a organizar –giro mi rostro para mirar de nuevo a la pelirroja–. Sé que es pronto, analizadora de las narices, pero me da igual. Violet es la mujer de mi vida y no me importa si llevamos diez años o dos días.

–¿Qué pequeño?

–Bueno, el pequeño verás... Vamos a tener un hijo.

–¿Un hijo?

–Estoy embarazada, Helena. Por eso he estado yendo tanto al baño estos días, ya estoy con vómitos matutinos...

Me quedo mirando a Violet sin saber que responder. Sigo pensando que es demasiado pronto para una boda pero un embarazo era algo que no me esperaba.

Adentrándome en tu vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora