Giselle y Tom caminaban por aquella pintoresca calle, tomados de la mano con actitud calmada. Aquel barrio muggle por el que iban era demasiado pequeño, y todos los habitantes se conocían entre sí, por lo que era normal que algunos se asomaran por las ventanas o salieran de sus casas con disimulo, para observar a los dos forasteros, vestidos de forma rara y que, además, parecían saber hacia dónde se dirigían. Aun así, Giselle y Tom hacían todo lo posible para no llamar más la atención, porque no estaban allí para asesinar o atacar el barrio. Sus planes, por el momento, se desviaban hacia otro lado.
Se detuvieron, por fin, en una casa con aspecto familiar y patio delantero bien cuidado. El color azul cielo reinaba en la fachada, y una pequeña podadora muggle había sido abandonada junto a la entrada; parecía haber sido a apropósito. Por algunas risas que surgían del interior de la casa, Giselle supo que no estaba vacía, y se sintió más nerviosa.
Tom apretó su mano y le sonrió.
--Ya hablamos de esto: no tienes que entrar a verlos. Hace mucho que...--
--Sé qué hace mucho no los veo, pero siento la necesidad de ponerlos a salvo-- lo interrumpió Giselle con calma --Dumbledore podría encontrarlos y usarlos en mi contra. Ya sabes que está intentando frenar tus planes...--
--Nuestros, Mi Reina-- rectificó Tom, aun sonriendo --Son nuestros planes, porque no voy a seguir con esto sin ti--
Giselle le sonrió y besó su mejilla, antes de pasar la reja principal y continuar por la caminería de piedra. El corazón le latía con fuerza en la garganta, las manos le sudaban y caminaba con el cerebro en modo automático. Hubiera deseado que Tom no tuviera que quedarse fuera... Pero rápidamente aisló esos pensamientos, porque aquella situación tenía que enfrentarla sola.
Con rapidez subió los escalones principales del porche y tocó la puerta dando tres golpes. En un principio nadie la atendió, sin embargo, Giselle continuó insistiendo hasta que escuchó un débil "Voy" de fondo, proveniente de una mujer. Giselle aguardó unos segundos con un rostro reflejando el pánico.
Cuando la puerta se abrió, logró esbozar una sonrisa al ver a su madre, después de unos años. Aun seguía conservando el cabello más o menos negro, aunque ahora tenía unos mechones blancos adelante. En general, seguía viéndose igual a como la recordaba. Pero en realidad algo había cambiado. Su madre, ya no esbozaba esa típica sonrisa maternal que tenía cada vez que la veía, ahora su rostro reflejaba miedo y perplejidad.
--¿Mamá?-- preguntó Giselle con el ceño fruncido. ¿Por qué no le sonreía? ¿Por qué no la recibía bien?
Su madre soltó un suspiro ahogado y retrocedió unos pasos, viéndose completamente sorprendida y nerviosa. Parecía que tuviera miedo de ella. Pero no podía ser posible. ¿Por qué su madre tendría miedo de su propia hija?
--¿Mamá, estás bien?-- Giselle pasó el umbral de la puerta, pero su madre soltó por fin un grito de terror contenido, y retrocedió más.
--¡No te acerques!-- exclamó alarmada --¡No te me acerques! ¡NO QUIERO QUE TE ACERQUES!--
--Mamá... ¿Que...?--
--¡Meghan!--
El padre de Giselle apareció corriendo desde la cocina, alertado por el grito de su esposa. El cabello pelirrojo había tomado un color opaco en su cabeza, y se había dejado crecer la barba. Sin embargo, su rostro también reflejaba terror puro. Mirando fijamente a Giselle, dio unos pasos hacia su esposa para jalarla detrás de él y servir como escudo. Giselle no entendía nada, y daba pequeños pasos hacia ellos mientras estos retrocedían más.
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Nuevo Comienzo (5 Libro) (Hinny)
Fiksi PenggemarUna nueva historia. Lean el anuncio que deje al principio y solo disfrute