Como ya quedan estos últimos capítulos, voy a hacer un maratón para que no aburran en esta epoca navideña.
Maratón 1/4:
--¡No se ha ido, James!-- bramó Ginny --¡No se ha ido!--
No lo creía; no quería creerlo. Ginny seguía forcejeando con James con toda la fuerza que le quedaba, pero James no lo entendía: había gente escondida detrás de aquella especie de cortina. Ginny los había oído susurrar la primera vez que había entrado en la habitación. Sirius estaba escondido, sencillamente, estaba oculto detrás del velo...
--¡SIRIUS!-- gritó --¡SIRIUS!--
--No puede volver, Ginny-- insistió James; la voz se le quebraba mientras intentaba retener a la pelirroja --No puede volver, porque está m...--
--¡NO ESTÁ MUERTO!-- rugió Ginny --¡SIRIUS! ¡SIRIUS NO ESTA MUER...!--
La voz también se le quebró por completo y le fue imposible seguir hablando. Alrededor de Ginny reinaba una gran agitación y surgían destellos de nuevos hechizos; pero era un bullicio sin sentido. Aquel ruido no tenía ningún significado para ella porque ya no le importaban las maldiciones desviadas que pasaban volando a su lado, no le importaba nada; lo único que le interesaba era que James dejara de fingir que Sirius, que estaba al otro lado del viejo velo tan sólo a unos palmos de ellos, no saldría de allí en cualquier momento, echándose hacia atrás el pelo negro, deseoso de volver a entrar en combate.
James alejó a Ginny de la tarima, y al campo de visión de la pelirroja entraron Harry y Lily, quienes buscaron consolarla. Pero Ginny no apartaba los ojos del arco, no entendía por qué Sirius la hacía esperar tanto, y empezaba a enfadarse...
Sin embargo, mientras seguía intentando soltarse de James, a Ginny se le ocurrió pensar que hasta entonces Sirius nunca la había hecho esperar. El pelinegro siempre lo había arriesgado todo para verla, para ayudarla, incluso arriesgando su vida. La única explicación posible a que Sirius no saliese de detrás del arco cuando Ginny lo llamaba a voz en grito, como si su vida dependiera de ello, era que no podía regresar, que era verdad que estaba...
¡No! ¡No!
Lágrimas repentinas desbordaron por sus mejillas, pero no fue capaz de reaccionar. Sus oídos de repente fueron inundados por un pitido que la aislaba aún más del mundo exterior. Podía ver como las bocas de Harry y Lily se movían. Le estaban hablando. Pero ella no escuchaba absolutamente nada. Estaba aturdida y su mente se encontraba en reposo.
¿Cómo era posible? No podía estar muerto. No puede estar muerto.
No lo quería creer. Se lo decía a si misma pero no lo entendía.
Era como si estuviera cayendo por un acantilado infinito, del que jamás dejaría de caer. Todo de pronto se convertía en algo insignificante. Ya ni siquiera podía sentir los brazos de James rodeándola. Simplemente no podía reaccionar.
Miró una vez más aquel velo y sintió como su corazón se desgarraba por soltar un grito, que al final no fue capaz de dejar escapar. Ahora su garganta se había secado y la saliva le sabía a cartón. Lo único que su cuerpo podía hacer era mover las piernas para dejarse guiar por James y Harry, además de soltar lágrimas silenciosas que resbalaban por sus mejillas. Lágrimas cargadas de una tristeza y desolación que jamás había sentido en su vida.
Dumbledore tenía a casi todos los otros Mortífagos agrupados en el centro de la sala, aparentemente inmovilizados mediante cuerdas invisibles; Ojoloco Moody había cruzado la sala arrastrándose hasta donde estaba el señor Parkinson, que se había desmayado gracias a uno de los hechizos, e intentaba reanimarlo; detrás de la tarima todavía se producían destellos de luz, gruñidos y gritos: Kingsley había ido hasta allí para relevar a Sirius en el duelo con Bellatrix. Tonks, en cambio, ya había sido reanimada y se encontraba abrazando con fuerza a Remus, de quien Ginny solo veía la espalda, pero era claro que lloraba.
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Nuevo Comienzo (5 Libro) (Hinny)
FanfictionUna nueva historia. Lean el anuncio que deje al principio y solo disfrute