Nuevo Comienzo (5 Libro) (Hinny)

Capitulo 26:

Resultó que Kreacher estaba escondido en el desván. Sirius dijo que lo había encontrado allí, cubierto de polvo, sin duda buscando más reliquias de la familia Black para llevarse a su armario. Pese a que Sirius parecía satisfecho con aquella historia, a Ginny le produjo desasosiego. Tras su reaparición, Kreacher parecía de mejor humor; sus amargas murmuraciones habían cesado un tanto, y cumplía las órdenes que le daban con más docilidad de lo habitual, aunque en un par de ocasiones Ginny sorprendió al elfo doméstico observándola, con ansiedad, y también a Harry, pero desvió rápidamente la mirada al ver que Ginny lo había pillado.

Ella no le comentó sus imprecisas sospechas a Sirius, cuya jovialidad se estaba evaporando deprisa porque ya habían acabado las Navidades. A medida que se acercaba la fecha del regreso de Ginny a Hogwarts, Sirius cada vez se mostraba más propenso a lo que James llamaba "ataques de melancolía de la mediana edad", durante los cuales se ponía taciturno y gruñón, y muchas veces se retiraba al cuarto de Buckbeak, donde pasaba horas enteras. Su malhumor se extendía por la casa y se filtraba por debajo de las puertas como un gas tóxico, de modo que los demás se contagiaban de él.

Ginny no quería dejar otra vez a Sirius con la única compañía de Kreacher; de hecho, por primera vez en la vida, no le apetecía regresar a Hogwarts. Volver al colegio significaría colocarse una vez más bajo la tiranía de Dolores Umbridge, que sin duda se las habría ingeniado para que aprobaran otra docena de decretos durante su ausencia; ya no le importaba ni siquiera el Quidditch; además, con toda probabilidad, los iban a cargar de deberes ahora que se acercaban los exámenes; y Dumbledore estaba más distante que nunca. Ginny creía que, de no ser por el ED, habría suplicado a Sirius que la dejara quedarse en Grimmauld Place y abandonar los estudios.

Entonces, el último día de las vacaciones, Ginny recordó a otra persona por la que le tenía cierta aversión al colegio.

--Harry... cariño-- dijo Lily asomando la cabeza por la puerta del dormitorio de Harry, donde Ginny y Ron estaban jugando al ajedrez mágico, mientras Hermione, Harry y Crookshanks los observaban --Perdona la intromisión, pero... ¿puedes bajar un momento a la cocina, cariño? Severus quiere hablar contigo--

Harry tardó un momento en asimilar lo que su madre acababa de decir; una de las torres de Ginny había iniciado una violenta pelea con un peón de Ron, y Harry la azuzaba con entusiasmo.

--¡Vamos! ¡Vamos! ¡Solo es un peón!... ¿Qué decías, mamá?--

--Severus, cariño. Te espera en la cocina. Quiere hablar contigo--

Harry abrió la boca, horrorizado, e intercambió miradas de sorpresa con Ginny. Hermione y Ron los observaban también con la boca abierta. Crookshanks, al que Hermione llevaba un cuarto de hora conteniendo con dificultad, saltó por fin sobre el tablero, y las fichas corrieron a ponerse a cubierto gritando como locas.

--¿Snape?-- dijo Harry con brusquedad --¿Que quiere?--

--Quiere hablar contigo-- continuó Lily, que actuaba de forma aprensiva, como si no quisiera estar dando aquellas noticias --Tienes que correr a verlo, porque tiene prisa--

--¿De qué quiere hablar conmigo?-- continuó interrogando Harry.

--No lo sabrás si no bajas--

Harry volvió a mirar a Ginny, que ahora estaba confundida.

--¿Ginny puede acompañarme?-- preguntó, un poco nervioso.

--No creo que haya problema-- se encogió de hombros Lily.

--¿De qué querrá hablar contigo?-- le preguntó Ron a su amigo, acobardado, cuando Lily salió de la habitación --No has hecho nada, ¿verdad?--

--¡Claro que no!-- exclamó Harry, indignado, y parecía estarse exprimiendo el cerebro para encontrar una solución.