Capitulo 9:

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Pasados unos pocos minutos, la respiración de Sirius se fue haciendo más tranquila y sus sollozos dejaron de escucharse. Ginny supo que se había calmado, pero no dejó de abrazarlo hasta que él mismo, por su propia cuenta, se separó de ella. Sirius mantuvo la cabeza baja mientras se limpiaba las lágrimas, y cuando la volvió a subir, esbozó una sonrisa para Ginny.

--¿Estás mejor?-- le preguntó ella, en voz baja.

--Sí, eso creo-- contestó, un poco indeciso pero sin dejar de sonreír.

James se arriesgó a acercarse a su amigo, y palmear su espalda.

--Todo va a estar bien, Canuto-- le dijo, en un tono tranquilo.

--Solo era un boggart. No era real ni va a serlo-- agregó Remus, mostrando también una sonrisa.

--Lo sé, y gracias por encargarte de él--

--Fui maestro, tengo que ser el mejor en la magia-- se encogió de hombros Remus egocéntrico, y Sirius lo miró mal mientras James y Ginny reían.

Ojoloco seguía allí, parado, viendo a los participantes de esa escena con su ojo normal, mientras el ojo mágico recorría toda la habitación. Ginny supuso que intentaba detectar si había otro boggart escondido.

Entonces escucharon pisadas subiendo rápidamente las escaleras, y por la puerta entraron Lily, Bill, Kingsley y Harry.

--¿Todos están bien?-- preguntó de inmediato Lily, que se había puesto pálida por la preocupación.

James, Remus y Ginny miraron a Sirius, quien limpiándose la nariz, volvió a sonreír.

--Estamos bien-- respondió él, en tono confiado. Los recién llegados sonrieron aliviados, aunque Harry le lanzó a Ginny una mirada curiosa.

"Ya te cuento luego" le dijo la pelirroja, y Harry se conformó.

Ginny abrazó un poco más a Sirius antes de que él se levantara, lo que pareció hacerlo sentir mucho mejor. Ella aun no podía sacarse de la cabeza la imagen de sí misma muerta, pues tal vez, había sido la segunda cosa más aterradora que había visto, ya que el primer puesto lo tenía el regreso de Voldemort. Ciertamente, muy en el fondo, le preocupaba la salud mental de Sirius, porque vivir encerrado en una casa en donde tu familia te maltrataba y hacía sentir menos, y además con la idea de que sus amigos peleaban afuera contra Voldemort, debía ser demasiado.

Admiraba que Sirius pudiera si quiera sonreír todos los días.

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Ginny se despertó de golpe al sentir mucho movimiento del otro lado de la cama. Se dio la vuelta rápidamente porque sabía lo que significaba. Harry se movía de un lado a otro muy incómodo, perdido entre una pesadilla, negando con la cabeza y dando manotazos y patadas al aire, como si intentara llegar a algo invisible.

--¡No, por favor!-- murmuraba arrastrando las palabras --¡No! ¡Mantenme a mí! ¡Mantenme ya! ¡Pero por favor...! ¡No quiero...!--

--¡Harry!-- exclamó Ginny, tomando bruscamente sus manos y haciendo que las bajara --¡Harry cálmate! Amor, ya...-- le comenzó a susurrar. El azabache fue deteniendo sus movimientos lentamente, y Ginny comenzó a jugar con su cabello --Ya, amor, todo está bien--

Harry se quedó quieto por completo, ya muy calmado, y mientras Ginny seguía jugando dulcemente con su cabello, abrió los ojos.

--Ginny...-- susurró angustiado.

--Tranquilo, yo estoy aquí-- le sonrió ella, dejando un casto beso sobre sus labios --Tranquilo, no estás solo--

--¿Estás bien?-- le preguntó él, abrazándola por la cintura y examinándola con la mirada.

Nuevo Comienzo (5 Libro) (Hinny)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora