Capítulo #5

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|Una nueva yo|

__¿Estás segura?..__Mi cuerpo temblaba junto al suyo. Me sentía morir, como si realmente estuviera a punto de caer a un acantilado. Estaba tan llena de sensaciones, que no sabía que sentir o no, estaba nerviosa, pero también, muy ansiosa. Volví a fijar mis ojos en él, y tan solo su tierna mirada me hizo sentirme segura.

__Quiero que sea especial, y quiero que sea contigo.__Le sonreí y él me devolvió la sonrisa. Proseguimos a besarnos, me perdí en sus labios, en su sabor, en su sentir.

Sus brazos rodeandome, abrazando mi cuerpo con el suyo. Su tacto era suave, delicado pero también fuerte.

Jamás me había sentido así por alguien, jamás. No sé si eran los efectos del primer amor, porque lo sentía tan especial, tan especial que tenía miedo de que no fuera real.

Hacía tanto tiempo que no volvía a sentirme así, y me dolía aunque me negara a admitirlo, pero yo misma había decidido enterrar esos sentimientos; sentimientos que no sabía cuándo volverían a flote.

No he estado con muchos hombres a lo largo de mi vida, pero los que he conocido han tenido sus virtudes y defectos. Los hombres con los que he estado últimamente me han hecho sentir las mismas sensaciones en cuerpos diferentes, realmente, por más que me hicieran sentir, llegar al éxtasis, después que se van los efectos es cuando viene la decepción, el arrepentimiento. Esa sensación que te hace sentir culpable de haber hecho lo que ya se hizo, una sensación de soledad y vacío. Lo que me hizo entender lo bueno e increíble que es poder conectar con la gente, en especial en el sexo. La intimidad tiene sus factores, no siempre se trata de follar con alguien, muchas veces se trata de algo mucho más fuerte, demasiado fuerte. Pegar cuerpo con cuerpo, y alma con alma es la clave para alcanzar el climax maximo. Disfrutar del placer de la otra persona también es grandioso y placentero.

El sexo puede ser tan deseado por ambas partes, nos encanta, es delicioso y en el peor de los casos, llega a ser adictivo.

Sin embargo, no siempre es así.

Los seres humanos creemos que el sexo es una necesidad, y no lo es, solo lo es cuando se transforma en una molestia, cuando no puedes controlar tus instintos y deseos más oscuros. A todos nos gusta sentir esa deliciosa sensación, pero podemos vivir sin ella fácilmente. Dentro de las necesidades fisiológicas se encuentra el "sexo" y científicos y terapeutas recomiendan hacerlo debido a las cualidades que posee. A todo esto, no es imposible vivir una vida sana sin necesidad del sexo, solo es cuestión de saber adaptarse, además, no necesariamente tienes que tener una pareja para poder sentir placer, estimularse uno mismo puede ser la mejor opción.

En mi caso, era más complejo. Ya iba por la tercera copa de un exquisito vino dulce que había estado reservando para este tipo de ocasiones. El alcohol era mi estimulante favorito, me ayudaba a relajarme y con eso venían los pensamientos promiscuos. Me encanta embriagarme en la tina, desnuda, dándome un relajante baño de aromas y especias; aunque no era lo más recomendable estar cerca del agua para embriagarse, pero me encantaba.

Cuanto más rápido sentía el efecto, más deseosa estaba. Dí un largo suspiro, empezando a tocar los estímulos de mi cuerpo. Me gustaba iniciar lento y perderme en la sensación. Lo mejor de llegar al éxtasis es cuando no sientes nada más que el placer infinito, nada ni nadie es importante cuando pasa eso.

Solté un grito en molestia al escuchar el molesto sonido del timbre, resonando por cada parte de la casa.

Así toda empapada de agua, horny y con la cabeza ya mareada de alcohol. Caminé por los pasillos como pude, cuidando no tropezar cómo usualmente lo hago.

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