|Epifanía|

Capítulo #17 (parte dos)

|Pensar demasiado|

Parte 2/2

Esteban

Su sonrisa tan radiante como el sol de verano. Caminaba junto al hermoso sendero lleno de una gran variedad de flores silvestres.

__¿No son hermosas?__Preguntó, sacándome de cualquier pensamiento invasivo sobre lo hermosa que se veía.

__¿Tú?

__No, tonto, las flores.

__Ah sí, ellas también son hermosas, aunque no más que tú.__Reí al verla rodar los ojos mediante mi cursi comentario.

__Es triste ver cómo muchos idiotas las arrancan ferozmente, acabando con sus vidas. Cuando muera, solo espero que me lancen esas baratas flores falsas. No quiero irme con la conciencia sucia de saber que por mi muerte miles de flores serían condenadas a morir.

__La verdad que no lo había pensado de esa forma.

__A veces suelo ser muy tétrica, lo sé.

__No, solo que eres tan brillante que no muchos pueden comprender tus acertadas palabras. Que suerte tengo de tener a la novia más inteligente que existe.

__Que lindo, pero definitivamente no soy la más inteligente.

__Que modesta me saliste.__Le digo, esta se vuelve a voltear a mí.

__Y tú tan exagerado.

__Te amo, modesta.

__Y yo a tí, aunque seas un tonto.

Continuamos observando los bellos paisajes floreados, cuidando de no lastimar a ninguna flor.

Me sentía tan vivo, tan sereno a su lado. Dios, era tan perfecta de pies a cabeza, como si hubiera sido hecha a mano por los mismos dioses. Y no solo me refiero a su belleza de afuera, si no también a lo hermosa que era por dentro.

Era esa clase de persona que podías ver todos los días y que aún así no te aburrirías de dicha persona porque, era sin duda extraordinaria. Cada comentario, cada frase, todo lo hacía ver de una perspectiva tan diferente que te hacía cuestionar por más sencilla que fuera la platica.

Su belleza era extraña, tanto, que lograba enamorarme aún más de lo que ya estaba. Era una flor que nunca dejaba de crecer y formar más pétalos, era una belleza infinita.

Daba gracias al destino de haberla puesto en mi camino, porque ahora, no podía imaginarme mi vida sin ella.

"Nada sucede por casualidad, todo tiene un motivo."

No soy de creer en las casualidades de la vida, siento que cada cosa que hacemos, cada pequeña acción, dará un resultado previsto al que estamos destinados, algo que por más sencillo que fuera, sucederá de todas formas.

Es irónico, porque esta vez no sentía que lo que había pasado fuera cosa del destino, más bien una gran metida de pata.

Tan solo fué esta mañana cuando sentí que mi vida comenzaba a tener sentido luego de tanto desastre. Ahora, no solo había lastimado a Paula, si no que también había arruinado las cosas con Marisa. ¿Qué me estaba pasando? Nunca pensé sentirme tan perdido, sin saber que hacer y que no, con miedo de volver a arruinar todo, y a todos.