|Epifanía|

Capítulo #14

|Confusiones|

Esteban

La vida es una constante búsqueda del sentido. Dónde intentamos hallarle la lógica, la explicación a sucesos que no podemos entender porqué sucedieron, pero así lo hicieron. Y no podemos hacer nada para evitarlo, aunque lo intentemos, siempre ganará el destino, porqué el destino es el que terminará teniendo la razón, por más que queramos negarlo.

Nunca había dejado de observar aquella vieja fotografía, podía pasarme las horas sin dejar de verla. Y siempre que la veía, inevitablemente la melancolía me llenaba por dentro, y muchas veces esto me debilitó, pero aún así, no podía dejar de observar aquella fotografía, no quería dejar de hacerlo.

No podía evitar maldecir en mis adentros; de la rabia, de la tristeza, de la confusión que sentía. A veces, me gustaba cerrar mis ojos e imaginar todo lo que nunca pudimos ser, y me entraban las fuertes ganas de que todo sea como antes, pero está vez, con un descenlace diferente.

Su risa me parecía tan agradable, hermosa y quisquillosa, no había nada en ella que no fuera más que perfecto ante mis ojos.

Nuestros cuerpos tirados con total libertad en el suave pasto, mientras las personas que pasaban nos miraban de manera despectiva, y sin embargo, eso no nos molestaba. Éramos felices, estábamos felices, nada de lo que alguien pudiera pensar o decir nos importaba, éramos ajenos a todo aquello que la gente pudiera pensar, solo éramos una feliz pareja, ¿qué les importaba o afectaba tanto nuestra felicidad?

Ella reía de manera eufórica, mientras que yo, no dejaba de hacerle más y más cosquillas por todo el cuerpo mientras que ella se retorcía.

__Ya suéltame, me vas a matar.__No estaba en mis planes dejar de hacerlo, pero la muy salvaje comenzó a pegarme y pellizcar mi cuerpo.

__Que exagerada, solo son cosquillas.__Digo mientras acaricio las leves marcas de pellizcos que dejó en mis brazos.

__Para tí solo serán eso, para mí es una tortura.__Su mirada se posó en mí notando las marcas de mis brazos, a lo que rápidamente se acercó mirándome con cara de culpabilidad y arrepentimiento.__Ay, no me dí cuenta, perdón.

__Está bien, no te preocupes.

__No, no está bien, te hice daño.

__Sé que no fué apropósito, además no son marcas permanentes, son superficiales, mi piel es un poco sensible, no fué tu culpa.__No se veía tan convencida.__Amor, en serio estoy bien, esto no fué la gran cosa, no te pongas así, caperucita.

__Detesto que me digas así, y también detesto no controlar mis emociones y que por culpa de eso te hice daño.

__Será mejor que no te haga más cosquillas.

__Sí, será mejor.

Nos quedamos en silencio por unos minutos, y hasta los silencios eran agradables estando con ella, nada podía ser incómodo. Se encontraba recargada en mi pecho, dándome la espalda, mientras que yo la tenía abrazada de la cintura.

Se volteó a mirarme, con cara de tristeza, reaccioné confundido.

__¿Qué pasa?

__He estado pensando.

__Okay, te escucho. Aunque tu expresión no me da buena señal.

__Es que, tú vas a seguir tu sueño de ser piloto, y yo también seguiré los míos.

__Aja, ¿qué tiene?

__¿Eres conciente de que llegará la hora y el momento de separarnos?