|El placer de los abrazos|
¿Qué pasa cuando amas a alguien y no lo sabes?
La pregunta podría parecer tonta, pero no lo era. En realidad, es muy común entre muchos sentirse confundido acerca de amar a alguien, sobre todo, cuando no queremos sentirnos enamorados.Esteban
Su piel se había vuelto más pálida de lo normal, así como su cuerpo parecía haber perdido peso, y una mirada bastante apagada yacía en su rostro. La culpa me carcomía al verla en ese estado, no dejaba de reprocharme el haberla dejado sola. Por más enojado que estuviera, no me perdonaría si algo le hubiese pasado.
Seguía obedientemente las indicaciones de la doctora, pero la situación aún parecía tenerla aturdida.
Mi corazón aún seguía acelerado, jamás pensé sentir tanto miedo de perder a alguien.
__¿Dónde está?
__La señora me dijo que...
__¡Dime dónde está!__ Sacudí su cuerpo con fuerza, este me dió una mirada de terror.__ Trabajas para mí, y haces lo que yo te ordene. Si no quieres que te saque a patadas de aquí, dime donde la dejaste.
__En... en un parque viejo, no está tan lejos de aquí, cerca del Bar Stone.
Conozco ese parque.
Solté al idiota asustado, tomé de mis llaves saliendo rápidamente.
Aún sigo teniendo la sensación de miedo y desespero que sentí cuando la ví ahí tirada, sola y pálida.
La observaba por la pequeña ventanilla que daba hacía la habitación, parecía no notar mi presencia. Minutos después la doctora salió, dejando a una enfermera a su cuidado. Le di una última mirada antes de fijar mi atención en el médico.
__¿Cómo se encuentra?
__Por el momento, está estable. El desmayo se debió a la anemia.
__¿Anemia?
__La falta de hierro está debilitando su cuerpo, es importante que se alimente bien. También tiene que tener en cuenta sus ataques de ansiedad, llega a tornarse peligroso si no se controla. Por favor traté de que se mantenga en calma, las emociones fuertes no son buenas. Le recetaré unos medicamentos, y por el bien de su esposa, será mejor que siga las indicaciones.
Asentí a su pedido.__Muchas gracias.
Se percató de mi presencia cuando salió de la habitación, ya vestida con la ropa que traía. No dijo nada, no pareció sorprenderle mucho. Me siguió el paso sin decir una sola palabra, hasta llegar a mi auto.
__Con cuidado.__ Hizo un ademán con sus manos, parecía no querer mi ayuda.
El camino a casa se había tornado eterno desde mi perspectiva, el silencio tenía el poder de hacer que cualquier momento se volviese incómodo. Me mataba de ganas de hablarle, de decirle lo preocupado que estaba y lo culpable que me sentía, preguntarle como estaba y dejar que me gritara en la cara todo lo que quisiera, pero no me atrevía.
Mi enojo no se había esfumado por completo, pero era mucho más grande el sentimiento de culpa. Tan solo pensar por el peligro que había pasado, me carcomía la conciencia. Me reprochaba el haberle gritado, el haberla dejado sola, en no contestar ninguno de sus mensajes. Eso me sirvió para cuestionarme en si realmente la estaba odiando, ¿Por qué te preocuparías por alguien a quien odias? No tiene sentido.
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|Epifanía|
Fiksi PenggemarDecidida a arriesgar todo por su carrera, Marcia, una importante y reconocida abogada de España, se atraviesa en un gran rompecabezas que tendrá que resolver al involucrarse en la investigación de un asesinato. Las cosas sienten complicarse para ell...