La pierna desconocida

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-Gracias, pero estoy bien -mentí, esperaba que esi fuera suficiente para que saliera de la habitación, no quería seguir con esa conversación

-Sé que es difícil...

No, no lo sabes

-... te entiendo, todos pasamos por eso, pero no puedes seguir así

-¿Así cómo? - pregunté a la defensiva

Ella pensó con bastante cuidado sus palabras y estaba haciendo bien porque estaba a nada de explotar, una sola expresión equivocada era suficiente

-Estás mal, julia -concluyó- tienes que esforzarte un poco más

Ahí estaba la expresión equivocada

- ¿Quieres que me esfuerce más? -pregunté a un tono muy bajo y soltando una risita amarga. Me atreví a levantar la mirada - ¿qué me esfuerce más? ¡No sabes lo que me está costando! -reclamé sin levantar la voz

-Claro que lo sé, Julia, soy tu madre, te entiendo

Sentí mucha más rabia por el simple hecho de tener ganas de llorar, pensé en gritarle para que se fuera, pero ella no tenía la culpa; me tragué el nudo que se había formado en mi garganta, tomé la manija de la puerta y la abrí

-Tengo tarea que hacer - ella entendió que tenía que irse

¿Cómo podía decir eso? ¿De verdad creía que no lo estaba intentando? Era difícil y desde su perspectiva ella no podría entenderme.

Aquella noche fue bastante larga, teníamos prueba y mi mente estaba en tantos lugares distintos que no era capaz de memorizar algo, al final la obligue a hacerlo, lo logré a eso de las 2:30 A.M. descansé lo que pude y volví a levantarme a las 5:15 de la madrugada, me lavé la cara y tuve la mala suerte de verme al espejo... lucía bastante cansada, tenía unas ojeras gigantes, mi rostro estaba con unos cuantos granos, mi cabello se veía seco; me había estado descuidando, pero mi bachiller me exigía bastante y estaba tratando de estar a la altura del maldito instituto.

Había estado hablando con Adry y Samuel en nuestro grupo, prometí contarles algo de lo que había pasado, pero no estaba dispuesta a hablar mucho. Samuel nos envió una foto para preguntarnos que tal salía, pero la foto era extraña, no él, la foto en sí.

Yo: ¿Quién es el otro chico? -pregunté al ver una pierna que no parecía la suya

Adry: Sticker

Sticker

Sticker

Sticker

Adry: SAMUEL

Samu: Es mi pierna, es el ángulo

Pude imaginar la cara de Adry, después de observar a detalle la foto concluí que, si era su pierna, pero vamos, casi pude cruzar una mirada malvada con Adry telepáticamente, ninguna iba a dejar pasar esta oportunidad.

La entrada era a las 7:00 de la mañana, llegué unos minutos antes, al entrar Samuel estaba frente a Adry

-... Mentiroso -le señaló- Julia, él siempre se va con el otro ¿Cierto?

-¿Cuándo? Y no le digas ese -dijo en un tono más relajado que él de Adry

- ¡Cómo lo defiende! ¡Al susodicho!

Entrecerró sus ojos

-No lo defiendo

-¿Él de la pierna? -intenté ubicarme un poco

-No, también se llama Samuel, Y ESA ERA MI PIERNA

-No era su pierna -enmarcó una ceja. Adry

-No lo era

Aula 11Donde viven las historias. Descúbrelo ahora