No era consciente

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-¿Dormiste bien? -le pregunté a Dylan

-Sí

-¿Resolviste los deberes?

-No, voy a hacerlos

-¿necesitas ayuda?

-No

Yo intentaba sacar conversación y él respondía monosílabos, llevaba parte de la mañana así, noté que quizás él no era consciente de mis sentimientos, porque él no entendía lo bien que se siente, un maldito roce, una pequeña e insignificante muestra de cariño, el simple hecho de recordarlo con una sonrisa y pensar en ello mil veces al día, en pensar en aquel preciso instante en el que de su corazón nació, estaba... enamorada. 

Resultaba complicado seguirle el paso, de repente tanto y a veces tan poco; dejando esos pensamientos de lado vinieron otros con mayor peso ¿Él sentiría lo mismo? ¿Podría verme y entender la forma en la que estoy sintiendo? La confusión del "a veces sí, a veces no" me hacía imposible descifrarlo, yo no quería demasiado, solo lo quería a él, quería que aprendiéramos juntos, equivocarnos y crecer de la mano, saber que estaremos ahí sin importar todo lo que hay detrás de nuestras sonrisas, quería que me viera, pero no como lo hace todo el mundo, quería que viera lo que soy, en mis fantasías él podía ver más allá de mis problemas, de mis debilidades, podría verme de verdad, tal vez solo eran ideas. Opté por dejarlo tranquilo, quizás solo estaba teniendo un mal día. Me acerqué a Adry esta vez estaba sola, me pareció extraño no verla con Alejo, deduje que era una pelea

-¿Qué pasó? -de inmediato entendió a qué me refería

-Dijo que yo nunca demostraba lo que sentía y que era difícil entender las cosas así, además que no pensaba que yo era ese tipo de personas, no tendí a que se refirió

Una parte era cierta, Adry no era capaz de aceptar sus sentimientos. Habíamos hablado de eso y se negaba rotundamente a aceptarlos, siempre buscaba excusas del tipo: trata así a todo el mundo, eso es normal. Ella sabía que no era así, pero no quería aceptarlo

-Mentirte no servirá de nada -era referente a sus sentimientos

-Creer que los demás se alejarán de ti por ser quién eres tampoco

Casi había arrepentimiento en sus ojos

-Eso es diferente -admití en voz baja unos segundos después

¿Por qué todo el mundo estaba de tan mal humor?

Unas semanas atrás, después de la conversación con Alex, tuve el valor de contar lo que me había pasado. Adry, Samuel y Ana me escucharon atentos.

En una de las tantas peleas de mis padres con mis abuelos me metí debajo de su recámara, estaba asustada, intenté distraerme y encontré unas pegatinas de colores, me había metido muchas a la boca, no sabían bien, pero eran bonitas, de pronto todo daba vueltas, era de colores, salí de debajo de la cama con una energía extrema, corrí, destruí cosas, estaba muy acelerada, hasta que comencé a sentirme muy mal, me costaba respirar, mi vista estaba nublada, mientras me llevaban al hospital escuchaba muy poco, pero había alcanzado a escuchar como había arruinado todo, el susto le había provocado un infarto al padre de mi mamá, sufrió mucho, estuvo en cuidados intensivos por unos meses hasta que se recuperó, no del todo, pero al menos estaba vivo. Las pegatinas eran una droga de las que consumía mi padre en ese entonces, a partir de ahí mi madre me culpa de los problemas del abuelo, ellos se distanciaron, mis padres dejaron de consumir y cada uno siguió su camino y yo... bueno yo seguía un poco a la deriva

-¿Por qué? Sigue siendo mentir -cuestionó a la defensiva

-A ti él te quiere cómo eres, a mí por lo que cree que soy -pause -yo no les he mentido

-Fingir es mentir, sigue siendo culpable

fruncí el señor

-¿hay algo más? - Por su rostro supe que sí- Dímelo entonces, porque esto de jugar al "adivina que me pasa" me está cansando

-No puedes... -se cortó a sí misma- olvídalo, no importa

Ella comenzó a alejarse

-No, tranquila, solo pone en riesgo nuestra amistad, pero eso no es importante -ironicé

Mi paciencia se había ido al caribe en crucero, estaba harta.

Alguien tomó asiento a mi lado

-¿Qué pasó? -preguntó Dylan, arisco

-No sé

-Ok, no hables si no quieres, al parecer te estás peleando con todo el mundo -con eso me dejó sola

¡Le estaba diciendo la verdad! ¿Qué les pasaba a todos?

-Dylan ¿Me dices que pasa?

-Qué estás haciendo cosas malas ¿Crees que nadie nunca se va a enterar?

Volvió a dejarme sola

Quedarme en silencio, me estaba torturando, quería decir tantas cosas, reclamar o exigir respuestas, pero si lo hacía de esa forma causaría un caos en el que solo yo y los chicos saldríamos perjudicados

El día transcurrió a la siguiente manera: Adry, Samuel y yo nos ignoramos mutuamente, Dylan fingía que yo no existía, era un tipo de todos contra todos. Permanecí sola todo lo que duró la clase hasta que por fin llegué a casa y pude tomar un respiro para poder pensar

El silencio en ocasiones era reconfortante, pero tanto silencio podía hacer daño, sobre todo por la oleada de pensamientos, esos encuentros contigo mismo por lo general van acompañados de lágrimas, sin embargo, es la única vez en la que te puedes ver de verdad. Era jodido mirarte al espejo y ver tanto miedo, ver cómo eres más miedo que ser humano, es la forma tan aterradora en la que te conviertes en alguien que no eres, pues poco a poco te fuiste fragmentando, no sé si sea correcto decir por desgracia, pero llega el momento de tocar fondo

Había llegado el momento en el que me miraba al espejo y no me reconocía, miraba mis recuerdos y todo había cambiado, es impresionante cómo es sentirse en fragmentos, los mismos no dejan de herir, la gran diferencia es que aquí no corre sangre, sino, lágrimas y recuerdos. La vida nos llevaba a un ritmo rápido, acelerado, no te detienes hasta que estás demasiado agotado como para seguir. 

 Algo estaba claro iba a salir del agujero en el que tan profundo, yo mismo me había metido. Tenía que hacerlo, cómo lastimaban las palabras de mi madre, decía que por mi edad no debería tener problemas o sentirme en un abismo. No era cierto, tenía muchos problemas y mi edad no los convertía en menos reales.

Aula 11Donde viven las historias. Descúbrelo ahora