El caos no cesaba, había llegado el día del juicio, yo era inocente, pero si el juez no lo consideraba de esa forma las consecuencias serían graves. Al entrar en la sala vi a mis padres, Adry y Samuel, quienes al verme me sonrieron en forma de consuelo, también estaban Alex y Marcos, cuestión que llamó mi atención, pues en el medio se encontraba la directora, los miré por unos segundos, caí en cuenta del parecido entre los tres, la misma nariz, ojos y cabello. Antes de que pudiera sacar cualquier conclusión, la seguridad que me acompañaba me obligó a seguir hasta quedar frente al estrado.
Mi abogado me había dado instrucciones, en todo caso era mejor declararme culpable, así la condena sería menor, tomando en cuenta de que todas las pruebas estaban en mi contra, no tenía muchas opciones
-¿Sabe quien me acusó? -pregunté al abogado
-Era información confidencial, pero sé que fue alguien de su clase
-Señor... -comencé- ¿No hay posibilidades de que salga libre? ¿Cierto?
Él suspiró
-Hay pocas, pero las hay, yo le daré indicaciones y esperemos un milagro
Apenas terminó de hablar, entró el juez, nosotros seguimos todos los protocolos, pasaron los testigos (la directora entre ellos), luego vinieron las declaraciones de mi testigo, Adry dijo la verdad de lo que había pasado, sin embargo, era su palabra contra las pruebas
Por el movimiento supe que estaba perdiendo el caso y el abogado me lo confirmó
-Ya casi es hora de tu declaración, es mejor que te declares culpable, de ese modo tendrás que ir a un centro de reintegración
-Julia Sánchez -llamó el juez
Pasé al estrado, evité mirar a todos a la cara. El abogado del lado del demandante (que no estaba por seguridad) comenzó las preguntas, respondí con monotonía todas ellas hasta que llegó la pregunta crucial
-¿Se declara usted culpable de portar cocaína dentro del instituto?
Tomé una respiración profunda
-Yo...
-Un momento -pidió el juez- nos acaba de llegar una evidencia que dicen es importante
-Señor juez, la chica iba a terminar su declaración -intervino el juez del demandante
-Si llegaron pruebas importantes, deben tener las mismas oportunidades de ser presentadas ante el tribunal -defendió mi abogado
El juez asintió y mandó a poner el video en un televisor pequeño.
Al parecer había un cámara fuera del aula, era la que cuidaba los salones de informática, en el video se veía como Emily y Hali sacaban nuestras mochilas del aula y las volvían a dejar un tiempo después, la parte más curiosa fue cuando Dylan salió del aula para hablar con la directora, minutos después había entrado yo y Adry y segundos después había llegado la policía
El video cambiaba el rumbo del juicio
-Debido a la siguiente evidencia presentada, declaro a la señorita Julia Sánchez, absuelta de todos los casos, ordeno la captura para investigación de la señora Amelia Cárdenas, y doy una orden al ministerio público de investigar a fondo el instituto Priestley.
Mis padres me abrazaron y se disculparon, sonaban a disculpas sinceras, pero eso no arreglaba todo lo que habían hecho, tan solo era un pequeño paso. Arreglaríamos las cosas, paso a paso
-Ya sabemos quien contó todo
Tenía dos nombres en mi cabeza
-Jan era quien le contaba las cosas a la directora y Dylan...
-Él me acusó -finalicé
La detención de la directora se dio allí mismo, mi corazón se detuvo por un momento cuanto escuché a Alex llamarla mamá y muchas cosas tuvieron sentido. La directora tenía dos hijos, Marcos, la excelencia educativa, el mejor estudiante, y Alex, que era incapaz de fingir esa perfección, todo el año escolar había estado buscando a quien ya tenía a mi lado.
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Aula 11
Teen FictionSupe, desde el primer momento, que aquello de la perfección era solo una fachada. Sueños, decisiones, sentimientos, errores... y la gran confusión la experimenté con ellos, el Aula 11.