¿Qué?

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Había dado unos cuantos pasos, hacía aula, cuando noté algo diferente, todos me miraban, demasiado

-¿Qué? -pregunté buscando la mirada de Dylan, quien al instante la quitó negando con la cabeza

Entendí todo cuando vi a Ana sonriéndole a la gente de la que tanta mierda habló. Parecía que fueran amigos de verdad. Ella no era una mala persona, aclaro, pero no la quería tan cerca como antes, era de esas personas en las que ya no te sentías segura de contar nada. Yo era hipócrita, sin embargo, era sincera al respecto y no lo era con mis amigos; lo más difícil de aceptar era que la historia volvía a repetirse, confiaba, me hacían sentir que tenía a alguien, luego me fallaban. Era lo que parecía ser un interminable ciclo vicioso. Se convirtió en esa persona que dices -Acércate a ella, pero ten mucho cuidado- pequeñas arañas venenosas, están quietas, pero de repente atacan; rogaba no ser yo ese tipo de persona

-Drogadicta y Falsa, bienvenida Julia -con toda malicia comentó Lucy, quien lideraba la marcha

No respondí a su comentario

Tenía muchas preguntas y pensamientos, pero no me sentía lista para verlos de frente; cuando estaba más tranquila lo afronté. No, no era eso, no sabía lo que era sin mis miedos, ni las cosas que me motivaban a seguir adelante, pero lo descubriría, poco a poco con paciencia entendería mi propósito.

-Cuidado con arriesgarnos por tus tonterías, ya nos advirtieron que depende de ti nuestros beneficios -advirtió Lucy

-Y que fue tu culpa lo de los celulares -respondió uno de su grupo

-Jódanse, todos - me limité a decir

Siempre me oculté por miedo, hoy no, hoy quiero que sepan que voy a defender lo que creo, que al final es cuidar mi esencia, cuidar lo que soy

Nadie era santo, ni mucho menos perfecto, todos en algún momento fuimos mal y oscuridad, sin embargo, tengo derecho a creer que es mejor no tener cerca a algunas personas; su amistad no estaba basada en cariño o confianza, estaba basada en el miedo, no era amistad, era dependencia.

Me había encontrado a mí misma tantas veces deseando ser como ellos, ¿para qué? ¿Para sentirme parte de algo? 

Era una linda fachada, todo era apariencia, ¿había algo real en ellos? Era mi nueva duda, ¿cuántas veces habíamos reído y llorado juntos? ¿Cuántas emociones habíamos compartido? ¿Realmente valía la pena perder todo eso?

Podía defenderme, decirle todo lo que pensaba, porque estaba segura de que lo que sea que dijeron para que el grupo se comportara de esa forma conmigo estaba manipulado, pero no lo hice, escogí no lidiar con alguien que solo buscaba atención.

Así que, sí, era la persona que la mitad del grupo odiaba, pensaba mucho en eso, pero no sentía nada en especial, una mezcla de impotencia y molestia, ¿tenía ese derecho solo por tener dinero? ¿Era superior por qué sus padres tienen una mejor posición económica?

Independientemente de todo, no iba a aguantar más, ya no éramos una familia, nunca fuimos amigos, los buenos momentos quedaron manchados por la ira y no podría volver a recordarlo y reírme como lo hacía.

Aula 11Donde viven las historias. Descúbrelo ahora