El gato borracho

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-¿No vas a decir nada? -espeté algo más molesta de lo que pretendía sonar

Mamá levantó la mirada

-No lavaste la ropa ayer, no estás cumpliendo con tus responsabilidades

-No puedes decir que no las estoy cumpliendo cuando solo no hice una cosa -comenté sin dejar de mirarla

-No es una cosa, es que ni una sola cosa logras hacer bien -no se molestó en mirarme, ella seguía en su celular

Aquello me había dolido mucho más de lo que debería, mucho.

-¿Y tú sí?

Ese tono hizo que levantara la mirada y dejara a un lado su café junto a su celular

-¿Qué quieres decir? -preguntó a la defensiva

-Me culpas a mí de no cumplir con mis responsabilidades ¿Y las tuyas?

-Tienes comida, techo, ropa, educación -me miró fijamente-, eres una mal agradecida ¿Qué te falta?

-Una familia -concluí tomando mis cosas para ir al instituto.

Para mi suerte, cuando llegué el aula estaba con un ruido tolerable, evité todo contacto humano centrándome en mi celular

Confesiones IPT ha enviado una solicitud

Era una cuenta de chismes, algo nuevo para un instituto como este. Ojee las publicaciones, había quejas de los profesores, confesiones de amor en las cuales mencionaban a muchos de mi aula, no me sorprendió, ya lo había dicho, eran raros, no feos.

Jan no había ido a clases, Dilan coqueteaba con Eva, Adry mantenía una conversación bastante físicamente cercana con Alejo, mientras miraba alrededor noté la afilada mirada de Emily sobre Adry, observé más detenidamente; Emily intentaba incluirse en una conversación en la cual sobraba, pero seguía allí, hubo un gesto que despertó un tipo de alerta en mí, aquella mirada de odio puro se convirtió en un gesto total y absolutamente intensional de colocarse la mochila y darse la vuelta lastimando a Adry

-Emili me llevas -Bromeó ella

Al girarse la expresión de Adry me indicó que Emily había hecho algún gesto desagradable. Estaba por levantarme cuando ella me señalo que no dijera nada, no tenía ganas de discutir por lo que continué mi escáner

Samuel no estaba en el aula y yo, estaba contando los minutos para irme. El profesor nos dejó salir antes, paseé un poco por la escuela, decidí irme a mi parte favorita del instituto, era en la parte trasera, tan calmado y solitario

-Por fin -respiré profundo. Apagué mi celular, mamá me había enviado unos mensajes, pero no me interesaba demasiado. Era gratificante estar a solas, me había quitado los zapatos, solté un poco el corbatín y dejé mi cabello libre; la campana que indicaba la salida había sonado; sin embargo, no quería ir a casa.

Para mi suerte un ruido me sacó de esos dolorosos pensamientos

-Mierda- escuché una voz masculina detrás

Intenté ignorarlo, no era mi problema

¿Vas a perderte el chisme?

Seguía escuchando movimiento

Pude haberlo dejado ir, pero había un problema, yo. Nunca. Pierdo.

Decidida, me levanté, tomé mis cosas y me asomé sin ningún cuidado. No sé qué me sorprendió más, si el olor a alcohol proveniente del suelo, el chico fumando o el gato lamiendo el líquido cerca de una pequeña botella quebrada

Aula 11Donde viven las historias. Descúbrelo ahora