-Jan -una voz de advertencia nos hizo separarnos de inmediato
Lucy nos miraba... bueno me miraba de sobre manera. Jan no perdió su sonrisa por ello, de hecho la miró antes de volver a centrarse en mí; me colocó las manos sobre los hombros
-Todo va a estar bien -me animó- y si no, yo te acompaño a tirarte de un puente -me guiño un ojo antes de irse con Lucy
Aún permanecía quieta ¿Qué acababa de pasar? ¿Había tomado la iniciativa de... ¿Qué?.
Mi mente estaba un poco perdida, me inundaban vagos pensamientos con mucha ilusión, inconscientemente sonreí un poco.
-¿Todo bien?-preguntó Adry evaluándome con la mirada mientras tiraba su cartón de jugo a la basura. Esa era una excelente pregunta, ¿Todo bien? ¿A qué se refería? ¿A mi corazón? ¿A mi vida?
-Julia -volvió a llamar
-No, pero tampoco es tan grave -sonreí-¿Dónde está Sam...
Estaba con Kan
-Así nos cambia -comentó.
No me quedaban ganas de nada, les avisé a Samuel y Adry que no estaría en las últimas horas de clase, ¿estaba mal escaparme? Sí, ¿me importaba? No.
Caminé hasta la parte trasera del instituto, no me distraje con nada, pero sí caminé paso a paso, tardé mucho más en llegar, tomé una respiración profunda, sin embargo, un maullido me hizo abrir los ojos que hasta el momento no era consciente de que permanecían cerrados. Un peludito con manchas estaba observándome con sus grandes ojos negros
-¡Pero si es borrachín! ¡Ven acá! -tomé al gatito en mis brazos- ¿Cómo fue la resaca?
-Al principio hasta tiraba baba y tenía los ojos desorbitados, pero es un buen bebedor, se recuperó pronto
Alex estaba con las manos en los bolsillos, la corbata en un nudo perfecto y su cabello perfectamente desordenado era un encanto. Por mi silencio continuo
-Supongo que para ti tampoco fue un gran día
-Supones bien -sabía que preguntaría por lo que me adelanté -es mi papá, tal vez esperaba más
-Siempre esperamos más -tomo asiento a mi lado-por eso nos decepcionamos tanto
ambos miramos al frente
-¿Cuál fue tu asunto?
-Debía hacer algo, no lo hice bien, me recordaron que fui un error, no respondí a los insultos y eso la enojo más, me dijo que no era suficiente y lo demás es historia
Soltó una risa amarga de esas que suenan a decepción
-Qué jodido es no sentirse amado
Álex lo pensó un poco, antes de asentir
-¿irás a casa? -preguntó
-Tengo que asistir a charla para criminales adolescentes
Él se extrañó, me apresuré a contarle toda la historia, él me comentó que mi profesor de artes había recibido muchas quejas por ese tipo de actitudes y por faltarle el respeto a varios estudiantes, al igual que el profesor de educación física, esos solo de mi curso, me contó que aquello no podía saberse fuera del instituto, porque claro, eso tumbaría el pedestal en el que están los profesores del glorioso instituto. Continuó contándome su vida, sus clases. Pasamos varías horas allí, tantas que había olvidado la dichosa charla
-¿Qué pasa si no voy? -pregunté mirando la hora
La charla no era en el instituto, la amonestación decía asistir a una institución de seguridad pública cercana, sin el uniforme y que era totalmente prohibido mencionar al glorioso instituto
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Aula 11
Teen FictionSupe, desde el primer momento, que aquello de la perfección era solo una fachada. Sueños, decisiones, sentimientos, errores... y la gran confusión la experimenté con ellos, el Aula 11.