Capítulo 16: Recompensa.

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Macaque finalmente abrió los ojos lentamente, estirándose en su nido mientras despertaba. Pocos rayos de luz del sol llegaban gracias a que la cortina de su habitación estaba cerrada, impidiendo que la luz entre por completo por la ventana.

Al ya estar despierto, pudo oler la mezcla de olores en su cuerpo y alrededores.

Oh, mierda.

Repentinamente cada recuerdo que era tan lejano, se volvió claro, permitiéndole al macaco de seis orejas saber perfectamente lo que pasó ayer.

Luego de usar a Wukong para poder alcanzar el clímax, Macaque no tuvo suficiente. El primer orgasmo ayudó a que el dolor sea menor, pero luego tuvo que lidiar con calmar su calor. Fue más difícil ya que no tenía a Wukong cerca, necesitaba más que solo sus dedos. Aún así, solo tuvo que oler su nido, donde había un leve olor a melocotones, eso le había ayudado. Aunque hubiese querido al rey mono cerca... Pero estaba tan lejos que no pudo volver a atraerlo a sí.

Pero ahora que Macaque lo pensaba, había puesto en un dilema a Wukong.

Hubiese esperado que el otro cediera a sus instintos, pero parece que Wukong realmente se tomó enserio lo de mantenerse cuerdo.

Y ahora que lo pensaba, ¿Dónde estaba Wukong?

Aún seguía desnudo, simplemente se cubrió con la sábana mientras se sentaba, hacia frio.

—¿Wukong? ...—Llamó, no tan alto ni tan bajo. Seguramente no importa la distancia el rey mono le escucharía.

Además, tampoco esperaba que el mono dorado estuviese tan lejos, ya que siempre estaba cerca por si necesitaba algo.

Pronto escuchó el sonido de la puerta, Wukong la tocó dos veces antes de pasar.

—¿Necesitas algo? —Preguntó suave y atenta la voz del rey mono.

—Quiero bañarme. — Respondió Macaque.

Sun Wukong asintió y con delicadeza cargo en brazos a Macaque, enrollándolo con la sábana para que no tuviese tanto frio. El mono de pelaje oscuro se dejó llevar por el rey mono, acomodando su cabeza en el pecho del mono dorado, oliendo su reconfortante aroma a melocotones.

El rey mono le llevó a las aguas termales, ayudándole a quitarle la sábana y dejando que el mismo Macaque disfrute de un baño solo en aquellas aguas termales, sintiéndose tan satisfecho de aquella temperatura que tenía el agua.

Wukong solo se quedó sentado a un lado fuera del agua, sentado con las piernas cruzadas. Le estaba dando la espalda a Macaque, quizás para dejarle más en privacidad, pero quedándose cerca por si llegase a necesitar algo.

Macaque estaba disfrutando de su baño, llenando su pelaje de jabón y limpiándolo, se sentía tan fresco y renovado tras el calor que había tenido que pasar la noche anterior. Pero Macaque estaba notando algo, y era el espacio que Wukong le daba, incluso ahora se negaba a mirarlo.

Seguramente había pasado un terrible momento la noche anterior.

Después de todo, le había básicamente puesto en la peor prueba de cordura posible. ¿Estaría molesto? Seguramente no. Pero seguro que no fue fácil para el mono dorado, no cuando había visto lo roto que estaba el rey mono.

Pero lo había logrado, mantuvo su promesa.

No le había tocado, tampoco había cedido ante el celo del mono de pelaje oscuro.

Macaque sabía que una cosa era soportar emociones fuertes ante ciertas cosas que sucedían, pero otra muy diferente era soportar el celo. Definitivamente no fue nada fácil para Wukong el oler tan de cerca el aroma a mangos, eso además de oír los gemidos de Macaque diciendo su nombre.

Supervivencia de la especie [Shadowpeach]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora