Era una preciosa mañana en Flower Fruit Mountain, el sol brillaba mientras que los habitantes de aquel sitio iniciaban su día.
Todos los pequeños monitos corrían por todos lados, saltando entre los árboles, totalmente llenos de energía y alegres. Había monos de todo tipo, desde los más grandes hasta los más pequeños, tanto los que podían comunicarse como los que no.
Vivían sus vidas en sus hogares, en su pueblo, en su precioso Flower Fruit Mountain.
—¡Son ellos! —Exclamó con emoción un mono, pronto todos comenzaron a dar chillidos de emoción.
Los generales de Flower Fruit Mountain habían llegado al palacio, cada tanto salían a hacer misiones, se supone que era el trabajo del rey, pero por el momento no había uno, solo los generales, quienes eran los pilares de su pueblo.
Entre todos los pequeños que se escabullían para subir a los árboles más altos y ver a los generales, estaban dos jóvenes y juguetones pequeños monos, uno albino y otro de pelaje dorado.
—¡Volvieron, volvieron! —Dijo con emoción el mono albino, sacudiendo a su amigo.
—¡Ya los veo! —Respondió el mono dorado. —¡Vamos al templo, Mihou! —
El llamado Mihou asintió y ambos monos se adelantaron a llegar al templo, debían saludarlos, después de todo, ambos eran especiales.
Hace años, cuando Flower Fruit Mountain seguía siendo regida por los generales, nacieron dos monos, parte de una profecía, la profecía de su rey.
Justo fue antes de un atardecer, el sol brilló resplandeciente y antes de ocultarse, una de las rocas se rompió, dejando a un pequeño mono dorado a la vista.
Todos los monos de Flower Fruit Mountain celebraron aquello, uno de los generales levantó al mono dorado y lo presentó al pueblo.
—¡Sun Wukong, nuestro rey! —
Fueron las palabras dichas por el general, entonces todos comenzaron a decir aquel nombre, celebrando el nacimiento de su rey, no se esperaba nada más, las demás rocas no importaban, porque ninguna era tan importante como su sol, su rey.
Pero mientras celebraban y la noche llegó, hubo luna llena, y cuando la luna estuvo en su punto máximo, otra roca brilló y se rompió, dejando a la vista un pequeño mono albino.
Los generales sabían que eso sucedería, más lo habían olvidado por un momento, porque no había nada más importante que su rey.
"Cuando el día sagrado llegue, el sol y la luna van a descender. El sol, su glorioso y poderoso rey. Y la luna, silenciosa y sabia."
Había más profecías, pero esto era lo más importante para ellos, simplemente aceptaron al nuevo pequeño y otro general lo tomó en brazos.
—¡Liu Er Mihou, la luna! —
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Supervivencia de la especie [Shadowpeach]
FanfictionCuando los pequeños monos de Flower Fruit Mountain murieron, Wukong sintió que algo se rompía dentro de él, no quería experimentar esa pérdida.... Pero Macaque era la solución a su problema, sólo tenían que aparearse para conseguir nuevos monos.