Capítulo 3

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– ¿Qué tal tu tarde con Renny? –es lo primero que pregunta Katherine.

– Bien, bien –digo con simpleza–. Su padre es gran amigo del mío y bueno, él le agrado a Selena –emito aun sin creermelo de todo.

– Eso sí que es un milagro –añade con asombro.

Harry se aproxima a nosotras mientras le devuelve el saludos a unas chicas: – ¿Qué tal chicas? –nos pregunta sonriente.

– Hola, Harry –decimos a una voz y el suelta un suspiro satisfactorio.

– Soy irresistible –nos guiña el ojo–. ¿Cómo van? –inquiere.

– Criticando a mi amiga –añade Kat.

– Defendiéndome de mi amiga –digo rápidamente.

Él frunce el entrecejo confundido y luego sonríe – ¿Y eso a que se debe? –pregunta interesado.

– Nada importante –añado mientras me aproximo a mi asiento.

– Puedes creer que le acepto el aventón a su casa a Renny – Kat habla.

– Oh, vaya –Harry luce sorprendido–, eso es nuevo en Selene –me mira– ¿Pasa algo entre ustedes? –inquiere.

– Vamos, Harry –ruedo los ojos–. ¿Es que no se pueden tener amigos en otra sección?.

– No discutiré contigo –se sienta delante de mí–, pero tampoco te doy mi aprobación.

– ¿Es que Renny tiene un letrero en la frente que dice PROHIBIDO o qué? –les pregunto.

– No lo conoces –continua Harry.

– ¿Tú sí? –inquiero–, seguro sabes lo que dicen por los pasillos, pero debes darte la oportunidad de conocer a las personas antes de juzgarlas.

– ¡Ves! –añade Kat–, se ha vuelto su defensora. Ha caído Harry, hemos perdido a Selene.

– ¡Sigo aquí! –protesto pero ellos me ignoran, pues la profesora ha entrado.

Luego de clases Katherine y yo nos disponemos a ir a ver la práctica. Generalmente cuando me quedo a ver la práctica con ella, mi hermana se va con papá y Kelvin me lleva a casa una vez terminan estas.

– ¡Selene! –exclama Renny al verme.

– Genial, ahí viene –Kat bufa y rueda los ojos.

– Hola –le sonrío.

Joseph, Andrew, Harry y Wilber nos saludan desde la cancha, entretanto Renny se aproxima a mí para sentarse a mi lado.

– ¿Cómo te iras hoy? –inquiere.

– Kelvin me llevara a casa –respondo.

– Yo puedo hacerlo –se ofrece–. No tengo problema alguno.

– Tranquilo boy –Kat responde–, Kelvin lo hará y punto. No se discutirá.

– En realidad, él me dijo que saldría contigo a otro lado –sonríe de lado y Kat se ruboriza.

– ¡Demonios! Lo olvide –se queja–. Amiga en realidad Kelvin y yo iremos a otro lado. Tendrás que irte con este idiota, ¿Discúlpame, si? –me mira avergonzada.

– Oh, entiendo, tranquila, tranquila –repito moviendo mis manos.

– Bueno nos vamos juntos –añade Renny mientras se levanta–. Te veo luego –baja de las gradas y se une a los chicos quienes se encuentran calentando.

– ¿A dónde irán? –le pregunto.

– Saldremos con su hermanita –se ruboriza ligeramente–, me la presentara para luego presentarme a su mamá.

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