Me acerco al auto y Andrew me observa detenidamente hasta que subo a este.
- Buenas tardes –añade.
Como no respondo, él aclara su garganta.
- Buenas tardes –repite.
- Buenas –digo con simpleza.
- ¿Molesta? –inquiere.
- No.
- Pues pareciera – indica y le observo por el rabillo del ojo mientras sonríe cínicamente–. No tienes cara de recién despertada –enciende el auto–, pero si cara de mentirosa y con deseos de ¿Matarme? –pregunta fijando su vista al frente.
¿Por qué me lees con tanta facilidad?.
Acaricio a Josh, no me molesta ir en el asiento trasero, pero me siento desplazada por un canino.
Empieza a conducir y ninguno dice nada, cosa que después de un par de minutos él decide irrumpir.
- ¿Me odias? –inquiere.
Lo he pensado y dicho muchas veces, pero no lo sé, solo es fácil odiarte.
- Lo siento –dice en voz baja–. Lamento si mis comentarios o juegos son pesados –me mira de reojo–. Realmente lo siento. Si quieres no lo hare nuevamente.
- No pasa nada –me suavizo.
- ¿Puedo seguir haciéndolo? –pregunta sonriente.
- ¡No! –digo en voz alta.
- Bien, bien –asienta–. No lo hare –estaciona el auto–, o eso intentare. No te prometo nada –sonríe descaradamente y apaga el auto.
Josh se emociona y bajo del auto para abrirle la puerta antes de que se tire por la ventana. El baja con rapidez y corre hacia su dueño quien lo recibe gustoso.
Los observo y no puedo evitar sonreír ante el reencuentro.
- No mentía cuando dije que Canning amaría tu bronceado –susurra Andrew a mi lado, me vuelvo para mirarle y mi sonrisa se desvanece–, no bromeaba al respecto. El bronceado te queda bien, el mismo Canning me lo dijo en la mañana.
Oh Rayos... no lo sabía, hubieras comenzado por allí –entreabro mis labios ligeramente y luego los uno formando una línea.
Creo que alguien se bronceara seguidamente.
¡Ni en sueños! A cuidar mi piel. Canning, debe haber algo mas que me quede bien y prometo encontrarlo.
- Así que –sonríe–, ¿Puedes sonreír esta vez? –inquiere.
Le sonrío y le doy un codazo en sus costillas.
- Gracias –digo en voz baja.
- ¿Por qué? –inquiere confundido.
- Por calarte mis dramas –confieso–, y por haberme esperado. Odiaría haberme perdido esto –miro hacia el frente encontrado a Joseph y Josh jugando.
Gracias a ti, Andrew, he pasado momentos mágicos con Joseph.
- ¡Cuidado amigo! –dice Joseph apartándose–, tengo un yeso –le habla a Josh pero este no entiende.
Joseph tira una pelota y Josh va por ella.
- ¡Amigos! –nos sonríe a ambos–. Gracias nuevamente –se acerca a nosotros.
ESTÁS LEYENDO
Infalible
Novela JuvenilSiempre he considerado que enamorarse de alguien que te corresponda es prodigioso, porque enamorarse unilateralmente es algo tan común, y bueno, a mí también me pasa, no crean que soy parte de la excepción. Mi crush es inalcanzable y no precisament...