Capítulo 8

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- ¡Parque de diversiones! –añade Renny mientras estaciona el auto.

- ¡Finalmente hemos regresado! –añade Selena emocionada.

Ruedo los ojos y bajo del auto. Mientras hacemos la fila por los boletos decido comprar algodón de azúcar.

- ¿Dulces tan pronto? –pregunta Renny y lo miro con cara de pocos amigos–. Bien, bien no opinare nada más –sonríe acobardado.

Llevo un poco de algodón de azúcar a mi boca y mi hermana toma un par de fotos.

- Espera que termine mi algodón –le comento mientras sigo comiendo.

- Tranquila, las fotos quedaron geniales –mira su celular.

Luego de recorrer el parque y subir a cada atracción decidimos ir a cenar.

- Las cotufas estaban deliciosas –añade Renny sonriente.

- Nada como las donas –añade Selena.

- Yo que ustedes no comería más –les sugiero–. Hemos comido muchas cosas esta tarde.

- ¡Ni hablar! –dicen a una voz–, ¡Hamburguesas! –añaden emocionados.

Al llegar al local ellos ordenan dos hamburguesas.

- Yo quiero dos waffles.

- Bien –anota–, su orden es la numero doce, actualmente vamos por la orden nueve. Por favor esperen en la mesa de su gusto y llevaremos su servicio hasta allí –sonríe fingidamente y le entrega el papel a otro chico.

Hacemos lo sugerido y nos sentamos en una mesa del centro. Finalmente nuestro pedido llega y cancelamos, Renny se tomó la molestia de cancelar todo lo pedido.

- Espero este tipo de salidas se repita –añade Renny mientras cruza en nuestra calle.

- ¡Yo igual! –añade Selena sonriente.

- ¿Entonces fiesta en mi casa para el próximo fin de semana? –pregunta Renny.

- ¡No! –digo rápidamente.

- ¡Si! –Selena dice emocionada.

Renny estaciona el auto y nos mira.

- ¿Sí o no? –pregunta confundido.

- ¡No! –digo nuevamente

- ¡Si! –dice mi hermana y me mira con beligerancia.

- Bueno hagan lo que quieran –digo mientras bajo del auto–. Gracias por la salida. ¡Nos vemos! –muevo mi mano en forma de despido.

- Está en sus días –añade mi hermana.

- ¡Te escuche! –digo molesta.

- Como que siempre lo está –agrega Renny en voz baja.

- ¡También te escuche! –me vuelvo para mirarle y él sonríe atemorizado.

Para la noche no me sorprendió al encontrar a mi hermana expeliendo.

- No puedo con mi vida –dice mientras se apoya en el retrete.

- Te lo dije –me agacho y recojo su cabello.

Nada como la satisfacción de decir "Te lo dije" a alguien que le advertiste una cosa he hizo lo contario. Sin embargo, esto no me satisface, pues es mi hermanita y la está pasando mal.

Doy toques suaves en su espalda y le escribo a Renny, quien al parecer a él no le cayó tan mal la comida.

Concilié el sueño pasadas las 2 am, pues me quede al lado de mi hermana mientras esta vomitaba y se recuperaba.

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