Capítulo 23

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- No vi a ninguna chica bailándole –añade Renny.

- Tú no las viste, además ellas le bailaban a una distancia prudente.

- Bueno, en definitiva Andrew no está nada mal, así que es normal que algunas chicas quieran seducirlo –agrega Katherine–. Pero de ahí a molestarse y marcharse –entorna los ojos–, eso es sospechoso –añade en voz baja.

- ¿También lo crees? –inquiero.

- Mi amigo no es... –añade Renny con seguridad pero luego lo veo vacilar–. Bueno, eso creo.

- ¡Hay que averiguarlo! –decimos Kat y yo a una voz.

- Pero él y Alice... –comenta Renny–. Quizás las chicas no eran atractivas o simplemente no le llamaron la atención. En todo caso, se puede rechazar a quien no te interese.

Alice, Alice...

- Bueno si voy a una fiesta y Zack Efron o Chris Evans bailan y me dan miradas –sonríe ampliamente–, créanme que no huiría.

¿Quién en su sano juicio lo haría? –inquiero para mí y me imagino a otros actores.

Renny rueda los ojos.

El receso termina y nos aproximamos a nuestras respectivas aulas. Entretanto, diviso a Andrew delante de nosotros a poco menos de seis metros.

- ¡Penn! –Renny lo llama.

Este se detiene y nos mira abstruso.

- ¿Si? –acomoda su bolso–. Hola, chicas –añade sin mirarnos.

Siquiera nos saludó.

- Hola –decimos a una voz.

- ¿Por qué la prisa? –inquiere Renny.

- Acaba de socar el timbre, debemos entrar a clases –dice impasiblemente.

Me he congelado ante su frialdad e indiferencia –aparto la mirada del caso perdido frente a mí.

- En fin... ¿Qué querían de mí? –inquiere–, mejor dicho, ¿Qué quieres de mí? –fija su mirada en Renny.

- Quería que entráramos al salón juntos –alude–, pero con tu respuesta de mierda, lo has arruinado. Ve, ve –lo empuja–, yo entro luego.

Andrew nos mira confundido y se da la vuelta para seguir su camino.

- Será difícil averiguarlo –añade Kat en voz baja.

- Déjamelo a mí –Renny afirma con seguridad.

Seguimos caminando y Andrew se detiene, le pasamos por un lado y puedo notar que un mensaje le ha llegado, él sonríe y guarda su celular. Alza su vista y nuestras miradas se encuentran a lo que aparto la mía con suma velocidad para adentrarme al aula.

Luego de clases, mamá fue por nosotras en el auto de mi amiga y esta nos llevó a casa.

- ¿Selene y yo podríamos ir a un coffe shop? –inquiere Katherine al aparcar.

- Oh, claro –mamá nos mira–. Gracias por traernos, Kat.

- A ustedes –le sonríe–. Te veo luego saco de pulgas –mira a Selena.

Mamá baja del auto y cuando no se percata Selena le saca el dedo medio a mi amiga.

Kat le dice saco de pulgas desde hace una par de años, cuando a Selena le cayeron los populares piojos, pero saco de piojos suena mal, saco de pulgas igual, aunque es un poco mas pasable. Ahora que lo pienso, podría estar refiriéndose a un perro, que cruel es mi amiga –miro a Katherine y sacudo la cabeza con lentitud.

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