Capítulo 10

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- Me gustó mucho el capítulo de ayer –comenta Joseph mientras caminamos por el pasillo.

- ¿Si? Pues gracias –sonrío apenada.

- ¿Ven una serie juntos? –inquiere Renny.

- Selene es escritora –añade Katherine mientras guarda su celular–. Muy buena por cierto y no lo digo porque sea mi amiga, lo digo porque tiene vocación para ello –sonríe tiernamente.

- ¡Eso es grandioso! –Renny se sorprende–. ¿Por qué no lo sabía? –inquiere ceñudo.

- Simplemente porque no quiso comentárnoslo. No puedes obligarla a contarte todo, Renny –interviene Andrew.

- Buen punto –añade Kelvin y se ríe–. Ahora no me siento especial para ti Selene y creí que lo era.

Oh cielos, esto huele a problemas y explicaciones –sonrío amilanada.

- ¿Dónde quedo yo? –Harry añade indignado–. Creí que era tu mejor amigo y pum ahora es Renny y ni él sabía tu hobby. ¿Qué tiene Canning de especial que no tengamos nosotros? ¿Por qué él si lo sabe y nosotros no? –inquiere.

Necesito el neutralizador de los hombres de negro, hacer la tele transportación de Goku o un Kamui ahora mismo.

- Va-vamos chicos –muevo mis manos–. No es que no haya querido decirles –hago una pausa–, es que no se había dado la oportunidad de hablar de ello.

Que idea tan barata se me ocurrió. ¿Quién ofrece más?. Iniciamos con 0,50 $ por parte de la señorita Wallace.

- Yo no tengo nada de especial –añade Joseph avergonzado.

- Bueno, bueno dejen de incomodar a mi amiga –Wilber posiciona su brazo en mis hombros y me sonríe.

¿Amiga y me humillas delante de todos? Ja. ¡Que grandes amigos que me gano!. Cuidado no, mejores amigos, que digo, hermanos del alma.

- ¡Selene! –grita mi hermana al vernos.

- ¿Pasa algo? –le digo mientras nos acercamos.

- ¡Ella es tu mini clon! –añade Wilber fascinado.

- Quítate del medio, idiota –le dice mi hermana con aborrecimiento.

- Auch –Wilber hace una mueca–. Es incluso mucho más cruel que tú –me mira y le sonrío con cara de "Que te puedo decir".

- Y bien... –me separo de Wilber para acercarme a ella.

- Te esperamos en el cafetín –añade Harry y los chicos se adelantan.

- Hable con mamá y papá, hoy no me iré con ustedes. Me iré con Katy, haremos una tarea juntas.

- Bien –asiento–, me parece bien. Si ya hablaste con nuestros padres no hay problema.

- Te veo luego –me sonríe y se aleja.

- ¿Paso algo? –inquiere Kat.

- No, no –añado.

Caminamos hasta el cafetín y los chicos toman la mesa de siempre.

- ¿Cómo es que tenemos más amigos de otra sección que de la nuestra? –inquiere Kat con ironía.

- Es cierto –sonrío y miro a cada uno de los chicos.

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