¡Feliz inicio de semana!
Multimedia: Skinny Love - Bon Iver
—Capítulo 23—
Dado que Rhys no ha hecho más que atormentarme con sus palabras, pareciera que todo fuera a cambiar en tiempo real. He sabido de él muy poco. Por lo visto no he estado tan equivocada y efectivamente no es ningún santo. No es para nada perfecto.
Esa chica debe haberlo hecho cambiar o simplemente él es todo un sinvergüenza. Nana ya me había dicho que tuviera cuidado, quizá se refería a esto. Después de todo he estado muy pendiente de mi hermano.
Se ve criminalmente espeluznante.
En un instante, hago clic en las fotos que nos sacaron juntos en el último paseo. No me he percatado que había estado mirándome todo el tiempo y no importa cuántas veces me haya arriesgado.
Tan mal me veo cuando hablo de él y quizá el demonio se me ha metido en el cuerpo. No puedo desear a alguien que pertenece al mismo grado de consanguinidad que yo. Eso está mal visto.
Hace un año esta no era yo.
Abro los ojos y, a los pocos segundos, me pongo mi ropa de dormir. Sin embargo, el sueño no me atrapa y todo pareciera girar a mi alrededor. Salgo a la sala principal que está cerca del despacho de mi padre. Desde aquí puedo ver el cielo poblado de estrellas y me gusta cómo se ven.
Entonces, noto como Lachlan llega a mí de sorpresa, se quita los auriculares y lo coloca entre su cuello. Me sonríe y yo le devuelvo el gesto.
—Pequeña Blake, ¿por qué aún sigues despierta? —Se pasea a mi lado frotándose su incipiente barba.
—¿Y tú? —ironizo.
—He salido recién del gimnasio. Ya sabes... me gusta ejercitarme de... noche.
—Y yo me puse a ver las estrellas.
—Interesante —le da un gran sorbo a su botella de agua—. Mañana iré a correr ¿quieres venir conmigo?
—Me gustaría pero...
—Si me dices que no, me voy a enojar —dice y yo sonrío ante su falso intento.
—De acuerdo.
—Te hará bien.
—Realmente espero que así sea —digo viendo como tío se ha puesto en forma, me refiero a que tiene un cuerpazo, unos ojazos claros y una piel increíblemente bronceada.
—Ya lo verás.
—Te lo agradezco.
Por ahora el área está despejado, pero a los pocos segundos, no me había dado cuenta de que algo así sucedería.
—Blake, siento que te hace falta algo; así que si tienes la necesidad de hablar, solo dímelo. Yo jamás te dejaría sola —Se acerca a darme un abrazo y olfateo el clásico aroma de su colonia.
—¿Y qué crees que me hace falta?
Lo miro expectante.
—Alguien que esté ahí para ti todo el tiempo.
Me sorprende que me lo esté diciendo y por un segundo eso se sintió raro. Me separo de inmediato y le vuelvo a sonreír con los nervios palpitándome.
—Lo tendré en cuenta.
—¿Te quedarás aquí?
—Mejor me iré a dormir.
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Rhys Mitchell: El sabor del pecado [ I ] +21 ✅
RomanceEsta de aquí soy yo, Blake Campbell, hija única de uno de los abogados más cotizados de Australia o al menos lo era hasta ese entonces... Ese de ahí es Rhys Mitchell, a quien apenas acabo de conocer en mi fiesta de cumpleaños, pues resulta que es m...