28| Es demasiado real

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Hi Guys!

Maratón 2/1

Multimedia: You're special - NF


—Capítulo 28—



Estoy vestida de tiros altos y me paso la mano por la seda. Lo encontré en una de las cajas del sótano, creo que hay más cosas allá que le pertenecen a mamá. Papá nunca se deshizo ni del más mínimo recuerdo. Agradezco que no lo haya hecho, porque así, puedo sentir el calor de no tener a una madre.

Me veo en el espejo personalizado y me delineo los ojos con mucha ilusión. Me esfuerzo demasiado para verme como ella. Ella debió haberse visto mucho más bella que yo. De eso no me cabe la menor duda. Tengo fotos de ella y una en donde estoy montada sobre su regazo.

Ojalá pudiera haberla conocido mejor.

—Era el regalo de mi madre. ¿Te gusta? —digo mirando a mi perfecto novio.

—Solo tú haces que el vestido se vea mucho más elegante —me da un beso en la coronilla.

—Te lo agradezco, pero a ella le quedaba mejor que a mí.

—No te lo discuto.

—¿Sabes? Siempre me gustó su manera de ser. Era muy moderna y elegante que todos volteaban a verla. Quería ser como ella —digo con tristeza. Lo poco que me acuerdo de ella, hace que quiera verla todavía más.

—Amor, lo sé.

No sé porque esa primera palabra suena rara en él, posiblemente porque nunca antes la he oído. De repente, dejo escapar una sonrisa nerviosa y él apenas lo acaba de notar.

—¿He dicho algo gracioso?

—No, para nada.

—¿Entonces?

Djalu me escruta con la mirada y me levanta la barbilla para que lo mire y eso hago. Mi reacción contra lo que sea que está por suceder es un aviso de último minuto y, casi estoy segura que, me lo está poniendo difícil.

—Es que nadie me lo ha dicho —digo finalmente.

—A partir de ahora te lo diré cada día que paso a tu lado.

Me rodea y, lo extraño es que, todavía no siento nada. No me hace sentir absolutamente nada. ¿Cómo es posible que cuanto más me deshago de Rhys, viene a estropearlo en el momento menos indicado?

Al rato, me cambio de ropa y cojo mi celular que está en la mesita de luz. Salimos de mi cuarto y nos dirigimos hacia la sala de estar. Es la primera vez que estamos varias horas juntos. No me aburro, pero a veces se vuelve tan agotador.

Estoy aquí unas pocas veces y en lo alto de la escalera miro a Lachlan sonreírnos. Tiene una rara y extraña manera de hacerlo.

No estoy segura de por qué me estremezco cuando lo veo caminar hacia nosotros. Dejo que mis dedos corran hacia los lados de mis vaqueros y estoy tentada a arruinarlo todo.

—¿Cómo están?

—Aquí todo bien —responde mi extraordinario novio, mientras intenta librarme un rato de mi agobiante tío.

—¿Ustedes están...? —Nos examina como si ya no fuera secreto mantenernos lejos el uno del otro.

—Espero que no te moleste que Blake y yo estamos saliendo desde hace algunos días.

Rhys Mitchell: El sabor del pecado [ I ] +21 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora