Hi Guys!
Multimedia: Devil Side - Foxes
—Capítulo 26—
Él no está aquí, pero verlo a través de la pantalla hace que sienta fuegos artificiales en el pecho y eso es algo inevitable. Lo que tenemos no es nada comparado con lo de hace algunos días. Es lo más gratificante que he sentido, me arropa y me hace sentir de lo más bien. Su mirada es subliminal, su sonrisa es el mejor retrato que he visto en toda mi vida y sus ojos son dos antorchas que destellan el lugar más oscuro. Mi corazón se cuelga entre sus manos. Soy del tipo que se le enardece la piel de solo ver como la miran con otros ojos, se me cubren las mejillas de un rojo granate y se me revuelve el estómago. Sin embargo, le he pedido un poco más de tiempo para que pueda pensar mejor de lo que ya lo he pensado.
Esto apenas acaba de empezar.
Poco después, siento la mañana frente a mis ojos y, lo cierto es que, no puedo evitar sonreír. Me doy unas pequeñas palmaditas en las mejillas, me pongo un poco de colorete y me dirijo al jardín de atrás. Incluso me siento más bella y dispuesta que antes.
—¿Y esa sonrisa? —Nana me pregunta y no sé ni cómo ha llegado a mí. La miro cambiar las flores al búcaro. Las que saca están marchitadas y ya no se siente más ese aroma a amapola. Es reemplazada por un girasol.
—No ocurre nada —Opto por el silencio, un medio al que solo yo puedo acudir y eso incluye sentirme lo suficientemente bien. Mi cara destila una luz impresionante.
—De todas formas, es un alivio verte sonreír, mi niña —me pone una mirada gentil.
—Puedes estar tranquila.
—Y lo estoy.
Desde ayer me he mantenido en silencio y me he dejado llevar por mi inquietud. Nunca antes se ha presentado una situación incómoda. Es complicado esclarecer lo poco que sé. Hay una frase de Dahl que dice lo siguiente: "Observa con ojos brillantes todo el mundo que te rodea, porque los mayores secretos siempre están ocultos en los lugares más inverosímiles."
A duras penas, me acerco lo suficiente, pero cuando creo ya no poder contenerme, le cuento lo que está pasando. Me cauterizo y hago lo que considero que está correcto.
—Nana, me gustaría hablar de algo contigo.
—Adelante, corazón. Te escucho —Esta vez le corta las espinas a las flores del jardín con mucha cautela.
—Lo abrí.
Mi respuesta es definitiva.
Ella se detiene y el rostro le cambia.
De solo verla me embarga una niebla negra y me apena comenzar así la mañana.
—¿Y qué había?
—Una cobija maltratada —revelo con la respiración palpitante.
—Lamento no haberme fijado bien, pudo haber sido algo grave.
—¿Crees que alguien lo hizo adrede? —me inclino con una mirada inquisitiva.
—Es cuestión de averiguarlo, aunque puede tomar mucho tiempo —sostiene no muy segura de quien pudo haber sido.
—Lo sé. ¿Estaría bien hablarle de esto a mi padre o a Lachlan?
Necesito saber si lo que estoy haciendo es lo mejor para todos. No quiero decirles que solo se trató de una broma de Betania, una compañera rebelde y tosca con la que no me llevo bien. Eso sería caer bajo y ya nadie me tomaría enserio.
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Rhys Mitchell: El sabor del pecado [ I ] +21 ✅
RomanceEsta de aquí soy yo, Blake Campbell, hija única de uno de los abogados más cotizados de Australia o al menos lo era hasta ese entonces... Ese de ahí es Rhys Mitchell, a quien apenas acabo de conocer en mi fiesta de cumpleaños, pues resulta que es m...