Multimedia: Nubes - GALE
(Que lo disfruten)
—Capítulo 7—
Me pongo en pie y no tengo idea que hora es. Afortunadamente, es domingo. Una sonrisa se ensancha en mi rostro. Cojo un marcador de mi estuche y trazo la fecha que muestra el repertorio que está adherido en mi pared.
En este momento dejo de ser su «esclava» o eso es lo que creo saber.
No más pensamientos engorrosos.
Esta vez mi prioridad es el autocontrol y espero que las cosas puedan mejorar.
Quién diría que mi vida cambiaría y, desde ese instante, no hago más que acordarme. Aún me tiembla la voz al pronunciar esas recónditas frases sin antes ver esas mismas fotografías.
Espero el momento oportuno para arreglarme un poco y, en solo cuestión de segundos, alguien se asoma a mi puerta.
—¿Puedo pasar?
Es Lachlan, de nuevo, con esa mirada inquisidora.
—Ya estás dentro —Una sonrisa tira de mis labios y la máscara de pestañas se me corre un poco en los párpados.
—Muy graciosa.
—Lo sé. ¿De qué querías hablar?
Busco un traje de baño en mi closet y él deja la bolsa sobre la mesa con una tarjeta roja que lleva dentro.
—Te dejaste esto abajo.
—No sé en donde tengo la cabeza.
—Puedes abrir tu regalo.
La sensación me abofetea la cara y no sé en qué momento me he puesto roja de la vergüenza.
Es un traje de baño de una sola pieza con un tejido transparente, por lo que no estoy segura de probarme y, no quiero ser una grosera, pero esto es demasiado para mí. Tiene un olor a lavanda y es de un color negro con púrpura. No puedo dejar que eso ocurra. Mis piernas tienen un toque caótico, quemaduras que yo misma me los he hecho y casi me da miedo tocarlas.
Dejo caer mis manos y una mueca se estira en mis labios. Olas de calor recorren mi piel y una avalancha de pensamientos se ajustan a mi mente.
—Gracias pero no puedo aceptarlo —parpadeo con un vestigio de incomodidad, admito que me sorprende mucho y él me confiere una sonrisa brillante.
—¿Por qué no?
—Es que...
—Blake, nena, acéptalo.
¿Debería? ¿Qué hay de malo? ¿Por qué no me siento segura de hacerlo? Sus ojos brillan en mí como si lograra convencerme, claro que lo ha hecho. El corazón me late en la boca y las manos me sudan.
—Bien.
Pronuncio con dificultad.
—¡Puedes probártelo!
—Claro que lo haré.
Los nervios me abruman y no sé en qué momento se le ocurrió que lo necesitaría. Me tambaleo un poco y él me sostiene. Desde luego, me deja caer acompasadamente al borde de la cama y mis ojos van en esa dirección. Mueve su mano hacia mi cabello y es lo único que me mantiene a flote.
Mis dedos danzan y la luz proveniente del atardecer zigzaguea mi rostro.
—Te verás increíble en eso —Lachlan me guiña un ojo y un escalofrío me carcome a pesar de que sigue siendo mi simpático tío.
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Rhys Mitchell: El sabor del pecado [ I ] +21 ✅
RomanceEsta de aquí soy yo, Blake Campbell, hija única de uno de los abogados más cotizados de Australia o al menos lo era hasta ese entonces... Ese de ahí es Rhys Mitchell, a quien apenas acabo de conocer en mi fiesta de cumpleaños, pues resulta que es m...