Capítulo XXVIII- Mercantile

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Daemon targaryen

Habian pasado dos meses desde el casamiento de rhaenyra, mi idea era alejarla de allí, llevarmela y tomarla como esposa. Sin embargo todo se complicó. Si hubiera escapado con ella viserys no hubiera dudado en desheredarla, mañana sería mi compromiso.


Si quería estar cerca de rhaenyra y que ella estuviera bien la mejor forma era casándome con laena, no era una chica poco agraciada de echo era muy bella y tenía la sangre del dragon corriendo por sus venas.


Pero hacia laena solo sentía admiración por haber reclamado a vhagar y por haber sido tan decidida a la hora del compromiso, me encontraba bebiendo en una taberna pensando en cómo reaccionar al ver a rhaenyra, la había echado de menos cada día, quería que ella fuera mañana la que se desposara conmigo, pero al final por miedo a que la desheredara no hice nada. Y me fui haciéndole una promesa que ha incumplido.




Continuaba bebiendo como cada noche en la que había estado lejos de ella, oi la puerta de la taberna abrirse y vi a laena entrar con mala cara a ese antro

-mi futura amada esposa- dije balbuceando ella negó con la cabeza - a que se debe tu agradable visita?



-que te ha pasado daemon ? Antes eras tan atento y ahora te la pasas bebiendo y ignorandome, ni siquiera me has tocado en todo este tiempo, no más que un beso en la mano, porque te quieres casar conmigo si no sientes el más mínimo deseo hacia mi?- dijo echa una furia, yo le sonreí


Ella era preciosa pero lo único que se me venía a la cabeza al ver su cabello plateado era rhaenyra, la pequeña princesa la cual no conseguía sacar de mi cabeza. No deseaba a laena porque la unica persona la cual despertaba mi excitación era la pequeña chica de casi 18 años que se encontraba viajando en dirección a mi boda


-lo mejor se guarda para la noche de bodas querida - dije mientras bebía todo el contenido que quedaba en mi copa - ahora si me disculpas debo descansar para el gran día



Y dicho eso me fui por la puerta de la taberna dejando allí a mi futura esposa. Me adentre a la habitación en la cual dormía. Me tiré en la cama y el efecto del alcohol hacia que mi cabeza diera vueltas. Mire mi anillo el cual rhaenyra tenía igual, y pensé en que ahora tendría un nuevo anillo que me ataria a una perosna a la cual no amaba.







La mañana siguiente llegó, me habían avisado que ya había llegado el rey y la princesa a marcaderiva cosa que hacia que mis ganas de ver a la princesa crecieran por momentos.








No sabía cómo podría verla mientras decía que amaba a otra mujer.









La ceremonia iba a dar comienzo y yo miraba hacia todos los lados intentado ver a mujer que me quitaba el sueño, no pude encontrarla cosa que me decepcionó. Tal vez me odie y no quiera verme, no ma culparía pero prefiero  que me odie a que pierda todo lo que es suyo por derecho.







Mire a mi futura esposa la cual llevaba un vestido precioso con un peinado recogido. Mire que a lo lejos estaba mi hermano que me miraba con orgullo, me sorprendió que aceptara a venir después de lo que pasó con rhaenyra. Tal vez después del tiempo se haya olvidado.






Cuando ya tocaba el momento de recoger a la novia con mi manto mire por ultima vez a la multitud y la vi allí





VI a rhaenyra la cual me miraba con cierto dolor. Estaba tan preciosa que no podía dejar de verla ni siquiera se cuanto tiempo estuve mirándola. Pero el sacerdote llamó mi atención






Our Blood ~Daemon Y Rhaenyra~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora