Our Blood ~Daemon Y Rhaenyra~

Capítulo XX- Unholy

Rhaenyra targaryen

Daemon y yo caminábamos juntos de la mano por las calles mientras reíamos y hablábamos del pasado. Hasta que paramos enfrente de una casa, en la cual se oía distintos ruidos, mire a daemon buscando que me explicara que clase de lugar era este.

-donde estamos ?- pregunte haciendo que daemon me mirara y apretara más mi mano

-recuerdas lo que me dijiste hace tiempo? -le mire confundido el sonrio - "rey del lecho de pulgas "

Recorde me enfade por lo que dijo de mi hermano, asique ahí era donde el había insultado a mi familia, que hacíamos aquí?

-ven - dijo mientras cogía mi mano yo la aparte de el, algo me decía que entrar ahí no era buena idea - tienes miedo rhae ?

-no es miedo, solo que .......- mire hacia otro lado con vergüenza, no quería admitir que me daba miedo entrar ahí

-nunca dejaría que te pasara algo rhaenyra- dijo mientras tocaba mi rostro y trataba de coger de nuevo mi mano,la cual está vez no le negué.

Entramos a ese lugar, había mucha gente por todas partes, mujeres las cuales no tenían su parte de arriba puesta, y dejaban que se vieran claramente sus pechos. Mis mejillas se sonrosaron, alguien me empujó haciendo que soltara la mano de daemon, mire hacia los lados intentando encontrarle cosa que no ocurrió.

Observaba a la gente la cual era bastante gracioso, todos contaban chistes y cantaban se notaba que el alcohol les había afectado.

Olvide el echo de que no encontraba a daemon y empecé a observar bien a todos, algunos eran nobles otros eran plebeyos allí no había nadie por encima de nadie, solo eran meros hombres que disfrutaban de la compañía de mujeres. Y cantaban y se divertían sin importar la posición, me gustaba este lugar sentía que nadie te iba a juzgar .

- te veo cómoda en este sitio, princesa- oi la voz de daemon chocar contra mi oido cosa que me hizo sentir nerviosa

-no está tan mal como imaginaba, me imaginaba a salvajes luchando por las mujeres- dije haciendo que la sonrisa ronca de daemon sonara contra mí

-aqui nadie te juzga, puedes ser tu mismo, es el paraíso para las personas - dijo daemon mientras tocaba mi brazo- ven quiero enseñarte un lugar

Le seguí entre la gente el ya no llevaba la capa que le guardaba el pelo, cosa que me extraño, además nadie resultaba extrañado de la presencia de mi tío en estos sitios cosa que me hizo sentir celosa.

Cuando llegamos a un sitio donde había menos muchedumbre el quito el gorro que cubría mi cabello y se lo dio a una mujer, luego puso su mano la cual alcancé y se la di.

Su mano era tan cálida que hacia que me sintiera segura. Por los pasillos había gente gimiendo y jadeando, gente haciendo el acto, y gente viéndolo. Habia de todo y todos parecían complacidos.

Habia gente que nos miraba con curiosidad muestro cabello plateado resultaba muy conocido por todo el mundo, esto haría que mucha gente incitara rumores de el poqtue la princesa y el príncipe están en un burdel juntos.

VI  como daemon miró hacia atrás para verme y luego volvió su mirada hacia delante, se acercó a una tela, la cual apartó y me dejó pasar primero para acto seguido pasar el.