Capítulo XIII- Lies

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Rhaenyra Targaryen




Después de irme de la sala del trono, me encontré con alicent en la puerta de mis aposentos, debatiendo entre tocar o no.






-Alicent?- dije llamando su atención, sus mejillas al verme se pusieron rojas de la vergüenza








-rhae, podemos hablar ?- pregunto ella mientras me miraba fijamente





- claro- dije mientras me acercaba a la puerta y me abría dejándola pasar- que ocurre?









- debo contarte algo, recuerdas la enemistad que tienen mi padre y tu tío- dijo haciendo referencia a la mala relación que tenían









Antes de que mi tío se fuera hace 2 años, alicent ya pasaba tiempo en el castillo, sin embargo unos días antes de que mi tío se fuera otto y el, ni siquiera intercambiaban miradas y si sus miradas se cruzaban, se convertían en odio. Nunca entendí la razón.





- hace un tiempo yo..... estaba enamorada de daemon - dijo alicent haciendo que mi cara se descolocara, me quedé tan sorprendida que no podía ni siquiera formular una sola palabra







-como?- dije prácticamente en un suspiro alicent bajo la cabeza evitando mi mirada









-yo también le interese al príncipe, me cortejaba y llamaba mi atención, era encantador - dijo haciéndome pensar que me estaba gastando una broma, daemon no era encantador era explosivo, el era puro fuego - y yo perdí mi castidad con el




Mi ojos se abrieron como platos y vi a la chica frente a mi, en sus ojos y en su rostro no había ni un apéndice de mentira, solo hacía preocupacion supongo que de mi reacción, ni siquiera sabía que decir, me quedé estática.









-yo no quería mentirte rhae, perdóname- dijo mientras lágrimas se escapaban de sus ojos - yo quería decírtelo, pero mi padre me lo prohibió









Ahora entendía a otto, la castidad para una doncella es lo más sagrado que tiene y debe perseverarla a toda costa, los señores de las grandes casas exigen que sus mujeres sean castas hasta la noche de bodas, y si no llegan a serlo es una deshonra para la familia.









No sabía si estaba enfadada, decepcionada, molesta, solo sentía un pinchazo continuo en el corazón.







Parece que mi madre tenía razón daemon solo se mueve por capricho, pensé en ello decepcionada de haberme creído una sola de las palabras de mi tío.





- alicent lo siento pero necesito pensar en todo esto - ella asintió y se marchó de la habitación con la cabeza mirando al suelo.







Cuando alicent se fue me eché en la cama, me quedé ahí tendida mirando al techo.





El tiempo pasaba y yo seguía en la misma posición, finji estar dormida cuando una doncella vino a darme algo de comer, miré hacia la ventana y vi que ya era de noche, ni siquiera sabía cuanto tiempo estuve así, pensando.








Me sentía una estúpida por ilusionarme con algo que tuviera que ver con daemon, a el no le importo solo le importa quedarse en la capital y tener contento a padre.





Me Levante de la cama y me asomé a la ventana, cuando oí un ruido de una puerta, supe que esa no era la puerta principal sino la puerta que usaba el causante de todos los problemas de mi vida para venir a verme.






Our Blood ~Daemon Y Rhaenyra~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora