Capítulo XLVII- Reunions

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Rhaenyra Targaryen


Al ver la mano de mi padre alzarse temeraria hacia el rostro de mi esposo mi corazón se detuvo, quise detener esa situación sin embargo mis pies estaban estáticos y se mostraban impasibles hacia el movimiento que ordenaba. Cuando vi que la mano de Daemon agarró la muñeca de mi padre impidiendo el futuro impacto mi corazón dio un vuelco y pude respirar aliviada.



-Por los jodidos dioses Viserys es tu hija, y yo tu hermano, no podrás despreciarnos toda la vida -se oyó la voz de mi esposo mientras aun tenía la mano de Viserys sujeta, mis ojos cada vez veían con menor calidad, ya que veía borroso por las lágrimas que se acumulaban en mis ojos - Resultaría una actividad tediosa.



-No tendría que despreciarte toda la vida si tu vida cesara ahora- Daemon rodó los ojos molesto y a la vez divertido y su típica sonrisa burlona se hizo presente haciendo que mi padre se zafara del agarre de mi esposo y lo empujara haciendo que Daemon se desestabilizara unos instantes  -te llevaste a mi hija... a mi niña... te llevaste lo único que me quedaba de Aemma. Te llevaste la razón de mi felicidad y ahora la has puesto en mi contra. Esto es lo que temía que hicieras cuando me dijiste que os diera la mano de mi hija.





La voz de mi padre había flaqueado, bajo la mano y miro hacia el suelo, en sus ojos se podía ver dolor y nostalgia algo que pensé que no vería desde el mismo momento que me marché junto a Daemon. Mi padre se sentó en la silla y toco su sien. Soltó un sonido quejándose de un dolor en su cabeza, yo me acerqué a el,  Mientras mi esposo se acercaba a la puerta y daba un golpe.



-Padre- susurre mientras tocaba su hombro una mirada apacible se vislumbró en los ojos de mi padre los cuales se dejaban ver cubiertos de arrugas que no conseguía recordar hace unos años.- te encuentras bien?






-te fuiste con el, porque? me odiabas tanto?- susurro el sujetando una de mis manos, sentía la mirada de Daemon puesta en mi espalda, yo negué  con la cabeza- mi niña, mi única hija



Me quedé bastante sorprendida al oír esa confesión , no era su única hija. Tenia una niña con Alicent.




-nunca podría llegar a odiarte, simplemente mis necesidades pasaron a un segundo plano ..... yo.... siempre te he querido padre, y no debí irme así, no debí huir, pero parecías impasible al hecho de que Daemon y yo estuviéramos juntos - mi mirada se dirigió a mi esposo el cual seguía esperando en la puerta - yo he pensado en ti en estos casi 2 años, cuando recibí una carta en  tu nombre pensando que estabas enfermo vine sin que me importara nada, porque no quería perderte. Al final de todo eres mi padre, siempre lo serás






-Tal vez fui muy duro contigo, tal vez no quería pensar que mi niña quisiera a alguien como.... el- señaló a Daemon haciendo que este subiera sus cejas y se mostrara ofendido- pensé que eras feliz con leanor, pensé que podríamos unir nuestras casas, pensé que era una manera de mantenerte a mi lado. No me di cuenta de lo egoísta que estaba siendo. Ahora cuando volví a verte me sentí feliz.








- se que lo hiciste por mi bien padre- toque su mano con delicadeza





- Tal vez lo hice por eso, pero gracias a querer mantenerte a salvo hice que fueras desdichada, quiero tu felicidad hija mía siempre la quise, - sus palabras sonaban tan débiles, sonaban tan reales que una lagrima bajó por mi rostro- Si Daemon es lo que necesitas para ser feliz tiene mi aprobación y ojalá pudiera haberme dado cuenta mucho antes de que lo amabas.







Our Blood ~Daemon Y Rhaenyra~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora