Noche intranquila.

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***
Katsuki se sentó en el sofá junto con su amigo y se dispusieron a ver la película.

Todo iba bien, la película era entretenida y parecía interesante.

Sin embargo, el rubio cenizo volvió a sentir la misma mirada que había sentido mientras fregaba los platos.

Y en esta ocasión, no podría confundirlo con Eijirou.

"Joder. ¿En serio alguien a entrado aquí?"—Pensó intranquilo.

A partir de ese momento, ya le fue imposible concentrarse en la película.

—¿Te pasa algo, Bakugou?—Cuestionó el pelirrojo preocupado.

El susodicho lo miró y le dijo:

—Es sólo que... Siento como que hay alguien aquí.

—¿Qué?—Pero eso es imposible, Bakugou. Solamente estamos nosotros aquí.

—Sí, lo sé. Sólo tengo esa sensación en mi interior.

—A lo mejor es el estrés, deberías aprovechar y relajarte esta noche.

—De acuerdo, lo intentaré.

El rubio cenizo trató de concentrarse en la película que estaban viendo y deshacerse de aquella sensación de ser observado.

Funcionó durante un breve periodo de tiempo. Sin embargo, comenzaron a escucharse ruidos extraños en el piso que inquietaron a los dos muchachos.

—¿Estás escuchando lo mismo que yo?—Cuestionó Kirishima parando la película.

—Sí... ¿Ves cómo no era estrés?

—Puedo verlo ahora.—De todos modos, investiguemos. Tal vez sea algún gato o ratón.

—Vale, tú ve por la zona de la cocina, la entrada y balcón.—Yo iré por el resto de la casa.—Dijo Katsuki.

—Bien.—¿Agarramos algo para defendernos?—Preguntó Eijirou.

—Sí, busquemos algo.

Fueron rápidamente a la cocina y cada uno tomó un utensilio que le pareció más adecuado para defenderse.

Después, cada uno se fue por su lado a investigar que no hubiera nadie por allí.

***

Katsuki no se había topado con ningún intruso y no estaba muy calmado.

"Solamente me queda mirar en los dormitorios."—Pensó con el corazón acelerado a mil por hora mientras se aproximaba a su cuarto.

Antes de abrir la puerta, pegó su oreja izquierda en la misma por si escuchaba algo.

>¿Crees que ese humano tendrá agallas para entrar o tendremos que abrirle la puerta, hermano?

>No abras, dejemos que sea el humano el que se meta en la trampa por sí solo.

Bakugou no podía creer que estaba escuchando voces. Unas que hablaban en un extraño idioma.

"¿Qué lenguaje es ese? Nunca he escuchado un idioma similar."

A este punto, el joven sabía que debía actuar cuanto antes. Tanto por su seguridad como por la de su amigo.

"Debo actuar."

Entonces no lo pensó más. Agarró con fuerza el cuchillo con una de sus manos y con la otra tomó el pomo de la puerta para abrirla de golpe.

—¡¿Quiénes sois?!—Gritó de una, captando la atención de los vampiros, los cuales lo miraban y sonreían de manera maliciosa.

El mayor de ellos avanzó hacia Katsuki mientras decía:

—Vaya, vaya. Mira quién se ha unido, Shōto.

El bicolor miró a Bakugou y dijo:

—Lo veo, Toya. Tenemos aquí a un humano muy interesante.

El de ojos rubí no podía creer lo que estaba sucediendo: Unos vampiros se habían colado en su casa.

Y éstos no parecían tener buenas intenciones.

—¡¿Cómo habéis entrado aquí?!—Gritó agarrando el mango del cuchillo con ambas manos a la vez que apuntaba a ellos con el arma.

Los dos vampiros rieron y el de ojos turquesa respondió:

—Eso carece de importancia, humano.—Lo que mi hermano y yo queremos, es llevarte con nosotros.

Bakugou frunció el ceño y gritó:

—¡¿Y para qué iba a querer irme con vosotros?!—¡Mejor marcharnos de aquí!

—Jajaja.—Se rio Shōto.—¿Por qué deberíamos? Acabamos de llegar hace poco; ¿no nos podemos divertir un rato?

—¡No! ¡Fuera de aquí!—Les gritó amenazante a pesar de no poder.

Obviamente fue en vano; ya que los vampiros no se sentían ni un poco asustados.

—Humano, deja de hacerte el valiente y ven a pasarlo bien con nosotros.—Dijo el de ojos desiguales extendiéndole una mano.

Katsuki reaccionó dándole un manotazo.

—Qué salvaje.—Dijo el vampiro más joven con tono burlón.

A Dabi no le pareció tan divertido y miró con seriedad al rubio cenizo.

—Será mejor que dejes de jugar, humano.—O te irá muy mal.

—¡Tus amenazas no me asustan!

—Eres realmente estúpido. Ni siquiera eres consciente de lo que te puede pasar si te sigues resistiendo.—Le advirtió Toya acercándose.

Bakugou, al notar que el contrario trataba de acortar la distancia; decidió emprender una huida y echó a correr para salir de su habitación.

—¡Kirishima!—¡Tenemos que salir de aquí! ¡Kirishima!

Katsuki lo llamaba una y otra vez, mas el pelirrojo no le respondía.

"¿Le habrá pasado algo?"—Pensó preocupado y decidido a buscarle.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy! 

¡Espero que os haya gustado!


Contrato con un vampiro. (Dekukatsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora