Idea descabellada.

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***
Bakugou y Midoriya fueron a los aposentos de la Reina Inko, en los cuales ella se encontraba descansando.

Antes de entrar, el pecoso llamó a la puerta y dijo:

—Madre, somos Kacchan y yo. ¿Podemos entrar?

Unos segundos después, escuchó la suave voz de la reina responder:

>Adelante.

Entonces procedieron a entrar y notaron que Inko estaba totalmente recuperada, pues era una vampiresa después de todo.

—¿Cómo te encuentras, madre?

—Perfectamente.—Aseguró levantándose de la cama con movimientos seguros.—Pero ahora, explícame qué sucedió después de que me desmayase.

Izuku le contó sobre su plan de infiltrarse en el castillo de los Todoroki adquiriendo la apariencia de Yaoyorozu gracias a una poción. También le informó que Fuyumi los había ayudado a escapar.

Tras haber escuchado el relato de boca de su hijo, su semblante se tornó serio.

—Después de esto, las cosas se van a poner feas. Va a haber una guerra, ¿eres consciente, Izuku?

—Sí, sé que mis acciones tendrán consecuencias pero; ¿qué podía hacer?—Ellos intentaron arrebatarme a la persona que amo. Así que, obviamente; no iba a permitir que se salieran con la suya.

—Lo sé, hijo.—Solamente quería que los dos entendierais cómo se van a desarrollar las cosas a partir de ahora.—Dijo mirando a Bakugou.

El rubio cenizo entendió que su comentario iba principalmente hacia él, así que le dijo:

—Dices que seamos conscientes pero, ¿qué puedo hacer yo? ¿Cómo se supone que voy a ayudar?—No puedo enfrentarme a criaturas mágicas por mí mismo.

—No espero que un humano tome parte en esta guerra, simplemente quiero que sepas que las cosas ya no estarán tan tranquilas.

—Ya pero, ¿no hay alguna manera en en la que pueda hacer algo?

—No, no lo creo.

Entonces Katsuki se quedó pensando en las diferentes maneras en las que podría ser útil hasta que se le cruzó una idea por la mente.

—¿Y si me convirtiera en vampiro?

Al oír esa propuesta, madre e hijo lo miraron anonadados.

—¿Sabes lo que estás diciendo, Bakugou?—¡Nadie nunca ha logrado tal cosa!

—Bueno, ¿y qué problema hay? ¿Algún riesgo?

—El riesgo es que es imposible, así que borra esa idea de tu mente.—Dijo Inko muy seria.

—¿Y qué alternativa hay?

—¡Ninguna! ¡Y no hay nada más que hablar!—Dijo la reina alterada.

Izuku se preocupó de que su madre pudiera caer enferma y dijo:

—Madre, creo que debes descansar.—Así que será mejor que Kacchan y yo nos vayamos.

—Bien. Seguiremos hablando mañana.

El vampiro de cabellos verdes se llevó a su hijo consigo para así calmar las cosas.

—Izuku, ¿tan grave es lo que dije?—Porque entiendo que haya riesgos pero estoy dispuesto a afrontarlos.

Midoriya se llevó una mano a la frente y respondió:

—Espera a que lleguemos a nuestro dormitorio y te lo contaré.

—De acuerdo.

***

El rubio cenizo tenía mucha curiosidad por lo que su novio tenía que decirle, así que sacó el tema nada más cerrar la puerta.

—Izuku, ¿qué tan mala es la idea de que yo me convierta en vampiro?

El joven de ojos verdes se acercó a su amado y le dijo seriamente:

—Kacchan, tienes que comprender que la conversión de un humano a vampiro es un tabú, al igual que si fuera al revés.—Por eso no deberías mencionar ese tema a la ligera.

—Comprendo eso pero, ¿por qué es tan malo que proponga algo así?—Y quiero una explicación razonable no que simplemente me digas que es un tabú y que no se puede hablar del tema.

El príncipe suspiró y accedió a contarle el por qué.

—Kacchan, hace 247 años un vampiro tuvo el deseo de convertirse en humano porque le había fascinado lo que conocía de los humanos. Además de que se enamoró de un humano.—Ese vampiro llegó al punto de realizar pociones con ingredientes prohibidos, además de utilizar palabras prohibidas para hacer conjuros nuevos.

—¿Y qué fue de ese vampiro? ¿Cómo se llamaba?

—Él se volvió loco y su apariencia se tornó deforme hasta el punto de ser irreconocible.—Se llamaba Amajiki Tamaki y acabó siendo ejecutado por sus numerosos pecados. 

—¿Hay pruebas de ello o sólo es un cuento para asustar a niños?

—Hay documentación en la biblioteca, te puedo mostrar todo cuanto quieras.

—Vale, pues muéstrame todo lo que tengas.

Izuku asintió y llevó a Katsuki a la biblioteca con la esperanza de que al susodicho se le quitase la idea de convertirse en vampiro.

***

Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!


Contrato con un vampiro. (Dekukatsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora