¿Trato?

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***
Izuku no salía de su asombro. Un humano le acaba de exigir, a él. El príncipe de los vampiros.

"Este humano tiene demasiadas agallas."

—Para hacer un trato así, yo debo ganar algo. No aceptaré que ser el único que ofrece.

—Sí, eso tiene sentido.—Pero... ¿En qué podría serte útil? ¿En qué te cuente cómo es el mundo humano?

El vampiro negó.

—No me interesa el mundo humano pero se me ocurre que podrías darme algo muy valioso.

—¿El qué?

—Tu sangre.—Tendrás que dejar que tome tu sangre siempre que te lo pida.

—Pero supongo que será una cantidad prudente, ¿verdad?

—Sí, no te preocupes.—No quiero tener problemas por haber matado a un insignificante humano.

El rubio cenizo se hartó de las palabras de Midoriya y le gritó:

—¡Calla, murciélago!

—¡Oye, un respeto, maldito humano!

—¡Pues deja de hablarme así, estúpido!

—¡No me ordenes, humano!

—¡Serás...!

Entonces los ojos del pecoso se tornaron rojos y dijo:

—Te recomiendo que te calmes o te irá muy mal.

Al verlo así, Katsuki supo que debía calmarse por su propio bien.

—Tks, está bien.

—Inteligente decisión.—Ahora firmemos el contrato.

Chasqueó los dedos y apareció un papel con los términos y condiciones del contrato y una pluma.

Bakugou lo leyó detenidamente y no vio nada malo  en éste, así que lo firmó. El vampiro hizo lo mismo.

—Mañana empezaré a enseñarte, espero que aprendas rápido.

—Lo hago. Soy el primero de mi clase.

—¡Ja! ¡Eso no significa nada!—Mi especie es más inteligente que la tuya.

—¿Ah, sí?—Pues tú debes ser el más estúpido de todos porque perdiste un libro muy valioso que podría haber caído en manos de algún enemigo tuyo o una persona con muy malas intenciones.

El joven dejó al vampiro sin palabras, sin embargo, no iba a quedarse callado mucho tiempo más.

—¡A callar, humano!—Dame el libro, tengo que irme.

—Vale pero dime Bakugou a partir de ahora.

—Sí, como sea.—A mí dime Midoriya.

—Sí.—Mañana nos vemos a la misma hora, no faltes.—Dijo entregándole el libro.

—No puedo faltar, el contrato es obligatorio para mí también.

—Bien. Nos vemos.

Dicho esto, el de cabellos verdes desapareció con el libro.

—Eso fue jodidamente extraño pero logré mi objetivo, podré conocer el mundo de fantasía.

Estaba bastante satisfecho y se sentía de tan buen humor que decidió salir a dar un paseo.
.
***
Al día siguiente, Katsuki se despertó más motivado que nunca. Deseando que la tarde llegase.

"Hoy nada puede estropear mi día."—Pensó cuando entraba por la puerta de su clase junto con sus amigos.

Se sentaron donde siempre y hablaron hasta que el profesor Aizawa llegó, un profesor que era nuevo y que ocupaba el lugar de la anterior profesora.

Algunos decían que era un vampiro, Katsuki no lo quería creer al principio pero, a partir de aquel día él se fijaría más.

"Es pálido y suele dormirse en un saco de dormir cuando acaba la explicación. Sin embargo, ¿para qué estaría un vampiro en el mundo humano dando clase? Creo que le preguntaré a Midoriya cuando lo vea."

La clase continuaba y Bakugou estaba más atento que nunca a las explicaciones de Shota.

En un momento dado, sus miradas se cruzaron pero Aizawa no dijo nada, pues no iba a regañar a un alumno por estar demasiado atento.

Lo que haría sería hablar con el chico en cuanto acabase la clase.

—Esto fue todo por hoy, recordad que tenéis que subir el trabajo antes del martes que viene.

—Sí, profesor Aizawa.—Dijeron todos.

Seguidamente, todos se levantaron para marcharse. Sin embargo, él miró al rubio cenizo y lo llamó.

—Te esperamos fuera, Bakugou.—Dijo Eijirou.

—De acuerdo.

Sus amigos se marcharon y él caminó hacia el profesor.

—¿Quería algo de mí?

—Sí, quería preguntarte: ¿Querías decirme algo en especial, Bakugou?

Confundido, Katsuki le respondió:.

—No nada, ¿por qué lo pregunta?

—Porque me ha dado la sensación de que me has estado mirando mucho hoy.

"Espero que no piense que me gusta o alguna mierda así."

—Es sólo porque el tema de hoy me ha parecido interesante.

—Bueno, si es solamente eso, está bien. Puedes irte.

—De acuerdo, hasta mañana.—Dijo saliendo rápidamente del aula.

A la salida sus amigos lo esperaban.

—¿Qué te ha dicho Aizawa? ¿Te ha regañado?—Cuestionó Denki.

—No, no era nada. Simplemente me ha dicho que le había mirado demasiado hoy pero le he dicho que no era nada.

—¿Y por qué lo mirabas? ¿Te atraen los vagabundos?—Preguntó Kaminari.

—¡Obvio que no, idiota!—Le regañó dándole un golpe en la cabeza al rubio con el mechón negro.

—¡Ay, mis neuronas!

—¡Pero si no tienes!

Los otros dos amigos se rieron hasta que el pelirrojo se acordó del libro del día anterior.

—Oye, Bakugou. ¿Qué pasó con el libro de ayer? ¿Pudo Jirou ayudarte a traducir el contenido?

—No pude averiguar qué ponía pero encontré al dueño y él me ayudará a traducir algo del contenido.

—¡Wow! ¡Suena interesante!—¿Nos dirás algo del contenido cuando el dueño te ayude a traducirlo?—Preguntó Sero.

—Lo siento pero no podré contar nada, el dueño me hizo prometerlo.

Aquello era cierto, pues una de las condiciones del contrato era la de no revelar nada del contenido del libro a otras personas.

Sus amigos se decepcionaron un poco mas lo entendían.

—¡Qué envidia!—¡Ojalá me sucedieran cosas así de interesantes a mí también!—Dijo Denki.

—Eso te pasa por no ir a la biblioteca más a menudo.

—Pues tal vez sí que tenga que ir con más frecuencia.—Por cierto, ¿cómo era él?

—De cabello y ojos verdes, piel pálida, pecoso, alto y de figura atlética.

—Suena bien~—Intenta ligártelo.

—¡Deja de decir estupideces!—Exclamó Bakugou golpeándole de nuevo.

Hanta y Eijirou se rieron de nuevo y hablaron de otros temas de conversación.

***
Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!

Contrato con un vampiro. (Dekukatsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora