Contrato con un vampiro. (Dekukatsu)

Romance iniciado.

***
Eijirou acababa de llegar a casa y se sorprendió de que estuviera tan en silencio.

"¿Será que no está?"—Pensó el pelirrojo.

—¿Bakugou?

No se escuchó ninguna respuesta pero, para asegurarse; decidió ir al dormitorio de su compañero y se topó con una sorprendente escena.

—¡Oh, lo siento!—Creía que no estabas, Bakugou. Pero veo que tienes compañía~

La pareja no reaccionó por unos segundos, sin embargo, fue Katsuki el primero en hacerlo:

—¡I-idiota! ¡¿Por qué has entrado sin llamar?!

—¡Lo lamento!—Pero pensé también que estabas escuchando música y por ello no me habías oído.

—Tchs, como sea. Te presento a Izuku Midoriya, es mi novio.

—¡Hola, Izuku! ¡Encantado de conocerte!—Yo soy Eijirou Kirishima, amigo y compañero de piso de Bakugou.—Dijo con una sonrisa alargando la mano para estrecharla con la del pecoso.

—Encantado de conocerte, Kirishima-kun.

Estrecharon sus manos y el de dientes afilados preguntó:

—¿Cómo os conocisteis? ¿Desde cuándo sois pareja?

—Te lo diremos en el salón para estar más cómodos.—Dijo Katsuki.

Ni el vampiro ni el otro humano pusieron pega alguna, así que los tres se dirigieron al salón.

Una vez allí, se sentaron y el rubio cenizo comenzó a hablar.

—Kirishima, te lo voy a contar todo pero tienes que prometer que no me interrumpirás.

—No lo haré, no te preocupes.

—Bien. En ese caso, empezaré.—Izuku es el dueño del libro que encontré en la biblioteca de la universidad.—Pero ese libro no es uno común, se trata de uno perteneciente al mundo de la magia, donde todas las criaturas mágicas viven.—De hecho, él es un vampiro. Nosotros somos pareja desde hace poco.

El de dientes afilados se quedó blanco.

—¿Qué? ¿Estás de broma?

—No lo estoy.—Dijo con seriedad.

Eijirou no salía de su asombro.

—Esto...—Dijo dirigiendo su mirada al de cabellos verdes.—¿En serio eres un vampiro?

—Sí, puedo demostrarlo.

En ese momento, Midoriya mostró sus  colmillos y sus ojos se tornaron rojos.

—¡Aah!—Exclamó asustado Kirishima levantándose del sofá.—¡Te creo!

Al ver que el muchacho estaba algo asustado, Izuku volvió a su forma normal.

—Lo siento, Kirishima-kun. No era mi intención asustarte.

—N-no me asusté. Sólo... Me sorprendí.—Dijo volviendo a sentarse.—Bakugou, antes me has dicho que lleváis poco tiempo de relación, ¿pero cuánto tiempo exactamente?

—Unos minutos.—Admitió el rubio cenizo.

—¡¿Qué...?!—Eso quiere decir que os he visto...

—¿Dándonos nuestro primer beso como pareja? Sí.—Contestó Katsuki.

—Jajaja. Ha sido realmente curioso eso.—La próxima vez llamaré a la puerta, lo prometo.

—Más te vale.—Dijo Bakugou.—Eso sí, te pido que no le cuentes a nadie sobre mi relación con Izuku.

—Descuida, no se lo iba a contar a nadie.—De todas formas, nadie me hubiera creído.—Sin embargo, tengo una duda: ¿No os traerá problemas con el mundo mágico vuestra relación?

—Sí. De hecho, ya hemos tenido problemas porque yo tengo enemigos en mi mundo que ya han descubierto a Kacchan.—Pero no te preocupes, le he hecho un amuleto que lo protegerá durante seis meses de vampiros enemigos.

—¿Seguro que es efectivo?—Cuestionó preocupado Kirishima.

—Totalmente, Kacchan estará en buenas manos conmigo.—Aseguró poniendo una mano sobre una de las rodillas de Bakugou para mirarlo tiernamente.

Eijirou sonrió y pensó:

"Eso espero. Es hora de que Bakugou tenga a alguien que le haga feliz."

—Bien, mientras que hagas feliz a Bakugou y lo cuides, no tendré problema alguno.

—En realidad no necesito que nadie me proteja, puedo cuidarme solo.

—No, Kacchan. Hay cosas de las que un humano no puede defenderse, independientemente de lo fuerte que sea.

—Ya pero no quiero ser una molestia para ti.

—No lo eres, ni lo serás nunca, Kacchan.

El susodicho le sonrió y le dió un beso.

Kirishima, al ver aquella tierna escena, dijo:

—Aww... ¡Qué lindos!

Katsuki se avergonzó y le tiró un cojín a la cara.

—¡Deja de hacer el idiota!

—Jajaja. Lo siento, no pude evitarlo.—No estoy acostumbrado a verte enamorado pero me alegra que hayas encontrado a alguien

—Gracias, Kirishima.—Dijo Bakugou sonriente.

Después continuaron hablando un rato más hasta que el vampiro tuvo que volver a casa, prometiendo antes de irse que volvería al día siguiente para seguir contándole a Katsuki más cosas sobre su mundo.

—Te estaré esperando, Izuku.

Tras aquellas palabras, el vampiro desapareció y se quedó a solas con su amigo.

***
Notas finales: ¡Hasta aquí por hoy!

¡Espero que os haya gustado!