Había transcurrido una hora desde su "conversación."
Takato seguía mirando a su alrededor ansioso. ¿Qué pasaría con Sasaki? ¿Planeaba algo? ¿Estaría bien? Lo que más deseaba era escapar, pero si eso implicaba poner en riesgo la seguridad de su manager, prefería seguir encerrado. Sasaki tenía una vida fuera de él, una esposa, hija, amigos y personas que lo extrañarían. Él no tenía eso.
No había contactado con su madre en años-por lo que fue una sorpresa descubrir que su familia lo buscaba- no tenía pareja, y tampoco tenía amigos. Lo más que podía llamar un amigo era Sasaki, y aún así sólo interactuaban por trabajo o cuando Nana quería verlo.
¿Valía en realidad la pena salvarlo?-- La comida está servida, Takato-San.
La voz de Azumaya era dulce, más dulce que de costumbre.
Takato asintió, saliendo de sus pensamientos y tomando su bastón. No tenía hambre, estaba cansado y, por sobre todo, aterrado. ¿Y si Sasaki intentaba algo? ¿Y si la policía llegaba a inspeccionar? Sabía que Chunta era más astuto e inteligente que el público común, encontraría una forma de dar la vuelta a la situación. Si Sasaki-San lo molestaba... Si Sasaki-San metía más la nariz en lo que no le incumbía... ¿Qué pasaría con él? ¿Terminaría encerrado junto suyo?
No, sería peor. Mucho peor.
En cuanto tomó asiento notó que Chunta metió algo en su bolsillo: un frasco de medicamento.
Decidió ignorarlo y comenzar a comer, una cucharada a la vez. Sabía extraño. ¿Había intentado drogarlo? No, no tendría sentido. Sabía que el maldito prefería mil veces mantenerlo consciente cuando abusaba de él. ¿Qué había puesto en la sopa?
-- Takato-San.
Levantó la mirada lentamente, encontrándose con la del contrario. Estar tan cerca suyo de aquella forma tan "casual" lo aterrorizaba. Visto desde otro punto incluso parecían amigos compartiendo la hora del lonche.
Sintió escalofríos pensando aquello, asqueado.-- ¿Te gusta?- preguntó, recargando su rostro en su mano. Sonreía suavemente, como si fuera capaz de albergar amor dentro suyo. Aún así Takato sabía exactamente lo que pasaba por su degenerada cabeza.
Pasó el miso con mucho esfuerzo, titubeando al hablar:
-- Está rico.
-- Me alegra.
Volvió a guardar silencio, observando a Takato. Le encantaba verlo comer y saber que algo creado por él estaba dentro suyo, tocando cada parte de sus intestinos.
El corazón de Takato latía con fuerza, incómodo por la penetrante mirada de Chunta. Era fácil saber lo que pensaba, al igual que era fácil deducir lo que pasaría cuando acabara, así que comió tan lento como pudo, tomando su tiempo con cada cucharada y cada mordisco.
Esto, más que desesperar o impacientar a Chunta, lo alegró. Entre más tiempo pasara mejor.
-- Así que, sobre Sasaki-San...
Takato paró de comer, levantando la vista. Chunta sonreía, un deje de burla en sus labios. Sabía que estaba estresado por eso. Sabía que quería preguntar sobre él, y asegurarse de que estaría bien.
Bajó la cuchara, acumulando fuerza dentro suyo para preguntar:
-- ¿Estará bien?
La sonrisa de Chunta se ensanchó aún más.
-- Depende.
Esa respuesta no le bastaba. Tenía que asegurarse de que nada malo le pasaría a Sasaki, aún si debía entregarse a si mismo para protegerlo.
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Carnal Instinct
FanficTakato Saijo, el hombre más deseado número 2, despierta en medio de un apartamento que no reconoce, desnudo, esposado, y con una pierna rota. El monstruo que lo retiene como su prisionero no lo dejará escapar, sometiéndolo a distintos tipos de tortu...